El juez federal Guido Otranto hizo hoy lugar al pedido de la fiscal subrogante Silvina Ávila de cambiar la carátula a "desaparición forzada de personas" en el caso de la investigación que se sigue por la búsqueda de Santiago Maldonado.

Esto marca un cambio en el procedimiento administrativo y técnico del proceso de búsqueda puesto que hasta el momento no se consideraba a Maldonado como víctima del accionar de otros.

Santiago Maldonado fue visto por última vez el 1° de agosto, según denuncian los mapuches.

De todos modos la situación en lo que a pruebas se refiere es la misma. No hay nuevos elementos que corroboren la participación de Gendarmería Nacional en la perdida del joven.

Otranto habría aceptado firmar el pedido, sobre todo, para no quedar en una vereda opuesta a la fiscal Ávila quien ya venia conduciéndose como si se tratara de una desaparición forzada.

"Debido a la gravedad del caso, relativo a la desaparición de un joven en el marco de un procedimiento realizado por una fuerza federal, es que se impulsaron medidas tendientes no sólo a determinar las circunstancias concomitantes a su desaparición sino también a la atribución de responsabilidad de las personas que pudieran ser responsables de su desaparición el pasado 1 de agosto", fundamentó la fiscal en su escrito.

Fuentes de la investigación le indicaron a Clarín que no existen todavía suficientes elementos para demostrar la responsabilidad de los agentes.

"La hipótesis de la fiscalía siempre fue la desaparición forzada. Es porque es la hipótesis que está investigando. Pero no lo hizo (el pedido) porque haya aparecido alguna prueba nueva", dijeron.

"Igualmente es un cambio que no implica que se afirme que la hipótesis está comprobada", agrega.

Fuentes judiciales le explican a este diario que hay solo dos testimonios en bajo la figura de testigos protegidos. Sin embargo, solo uno de ellos declaró específicamente que vio a Maldonado el día del procedimiento. El otro ofreció una versión con zonas grises y poco claras.

Hasta el momento la justicia Federal no tiene ningún otro testimonio de amigos o conocidos o gente del mismo lof que hayan confirmado su presencia en el lugar. Los relatos conocidos han sido publicados en diversos medios pero no están incorporados a la causa.

Fuentes afirman que los testimonios de la causa son "flojos", "ofrecen distintas versiones" de los hechos y no tienen suficiente claridad para confiar por completo en ellos.

Durante los últimos días se han examinado las grabaciones realizadas durante el avance de los agentes a Cushamen y ninguna muestra la detención denunciada.

Tampoco se observan imágenes de Maldonado o de alguien similar. Además se están analizando todas las cámaras de vigilancia de Esquel y El Bolsón para determinar si el joven caminó efectivamente por alguna de esas calles antes o después del 1° de agosto.

Con respecto a las ropas, las fuentes corroboran que fueron utilizadas por tres o mas personas. Esto se explica porque Maldonado solía vivir en comunidad o en espacios compartidos por otros mochileros.

En relación a las muestras tomadas de un cono de tránsito que estaba en el camión Unimog que habría participado del procedimiento, este diario pudo saber que el perito que levantó la muestra estaba casi convencido de que no era sangre debido al color de baja intensidad de la misma.

Los resultados de laboratorio deberían haber estado está semana y el juez los exigió formalmente ante la demora.

Si se confirma que en el cono no había sangre los investigadores continuarán cotejando las muestras del atentado del 21 de julio en Epuyén, cuando un puestero hirió a un miembro del grupo Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), con el ADN de la madre de Santiago. Esto debería ocurrir la próxima semana.

Maldonado, de 28 años, habría sido visto por última vez el martes 1 de agosto en la comunidad mapuche Pu Lof, en Esquel, luego de que la Gendarmería desalojara un corte de protesta en la ruta nacional 40 por algunos testigos, que habrían dicho que vieron y escucharon cuando era detenido por gendarmes.

Fuente: Clarín