El último mes del año llega con un sinfín de compromisos sociales, evaluaciones personales y laborales, además de cambios en las rutinas diarias que pueden generar tensión y ansiedad.

Este agotamiento emocional y físico afecta la capacidad de disfrutar plenamente de las fiestas, transformando momentos de alegría en episodios de tristeza y angustia.

Entre los factores que desgastan la mente en esta época destacan:

  • La presión por cumplir metas no alcanzadas.
  • La autoexigencia alimentada por el entorno.
  • La reflexión sobre los logros y fracasos del año.

Estas situaciones generan frustración, desvalorización y una disminución de la autoestima, afectando tanto la mente como el cuerpo. Según la psicóloga Liliana Acuña, de Boreal Salud, los síntomas de alerta incluyen:

  • Psicológicos: ansiedad, irritabilidad, dificultad para concentrarse y fatiga emocional.
  • Físicos: dolores de cabeza, problemas de sueño, tensión muscular y fatiga generalizada.

Recomendaciones para prevenir el estrés de fin de año

Los expertos sugieren estrategias prácticas para reducir el impacto emocional y físico del agotamiento:

  1. Practicar técnicas de relajación: meditación o yoga.
  2. Planificar y organizar tareas: para gestionar mejor el tiempo.
  3. Priorizar el autocuidado: incluir actividades placenteras y descanso.
  4. Establecer límites claros: en compromisos sociales y laborales.
  5. Mantener hábitos saludables: alimentación balanceada, ejercicio y buen sueño.
  6. Revisar pensamientos negativos: enfocarse en los logros alcanzados.
  7. Buscar apoyo profesional o familiar: la psicoterapia es una herramienta clave.