El reiki es una técnica japonesa usada para la relajación y reducción de estrés que promueve la sanación en todos los niveles. Fue fundada a comienzos de 1900. Tal como lo explica Maricel Carle, reikista, “es una transmisión de energía vital a través de la imposición de las manos”.

La profesional aclara que es una terapia complementaria, nunca alternativa. “Son cosas que se hacen a la par del tratamiento de la enfermedad, por ejemplo en el caso de la persona que quiere dejar de fumar. El reiki lo puede hacer desde un bebé hasta un anciano, no tiene ninguna contraindicación”, precisa.

Carle agrega que “la sesión de reiki es individual, está quien lo hace y quien lo recibe, y puede durar entre 45 minutos y una hora. Generalmente se hace en camilla, en un ambiente adaptado, cálido, con poca luz, con música suave, velas. Se ambienta mucho el lugar para que sea un momento de suma relajación”.

Beneficios

La reikista subraya que el tratamiento trae muchos beneficios: “Sirve para armonizar, tranquilizar, también para determinadas dolencias. Hay mucha gente con ansiedad, que vive en un mundo súper acelerado o con estrés, entonces este tipo de terapias logra a veces bajar el nivel de ansiedad. Hay gente que tiene dolencias en el cuerpo y con el reiki puede tratar de aminorar el dolor”.

Por último, Carle remarca que “generalmente las personas cuando se hacen reiki te dicen que tuvieron un poco más de sueño, que estuvieron más cansadas, como que tenían el cuerpo más pesado porque al relajarlo es como que uno para un poco. Entonces la gente, al estar tan relajada, empieza a mirar en su interior, a aprender a detenerse un poco en la vida”.

“Uno trata de enseñarles respiración, a respirar tranquilos, a lograr un poco de tranquilidad en este mundo que no es nada fácil pero es algo muy lindo, una energía muy linda”, finaliza.