Durante mucho tiempo se estigmatizó a las personas o grupos que atravesaban diferentes situaciones de salud mental. Si bien esto fue cambiando, aún hay prejuicios que pueden condicionar la consulta profesional oportuna. 

En la vida diaria existe una permanente exposición a situaciones conflictivas que activan emociones y que se acompañan de cambios en el funcionamiento corporal.

Sin embargo, en ciertos momentos, estos mecanismos no funcionan completamente cuando la persona se enfrenta a situaciones que superan su capacidad de adaptación, y pueden aparecer alteraciones que ya no son protectoras.

Cuándo hacer una consulta

Es aconsejable realizar una consulta profesional ante los primeros síntomas o malestares; algunos signos a tener en cuenta son:

* Dificultad para conciliar el sueño, o sueño entrecortado, o si se tiene la sensación de que no se logra descansar y desconectarse, o que las horas de sueño no permiten descansar.

* Pensamientos recurrentes e intrusivos que mantienen a la persona permanentemente en estado de alerta o tensión.

* Cambios abruptos en el estado de ánimo que se experimentan con una intensidad no habitual.

* Manifestaciones corporales: en algunos casos es el cuerpo el que también experimenta malestar y lo hace a través de diversos síntomas como dolores de cabeza que se repiten,  malestares estomacales, molestias musculares, cansancio extremo, entre otros.

* Ansiedad con duración e intensidad que no es habitual.

* Conflictos en los vínculos. La forma de relacionarse con los demás de manera regular se ve afectada por la situación que se vivencia.

* Desconexión del disfrute: se traduce en la dificultad de realizar actividades que antes se disfrutaban y ahora se vuelven aburridas, tediosas y resulta difícil conectarse con ellas.

Hábitos saludables 

Es importante tener en cuenta que el hecho de atravesar determinada situación de salud mental, no necesariamente implica la presencia de una patología.

Sumar a diario momentos de pausas que permitan conectar nuevamente con los recursos y hábitos más saludables aprehendidos, y también actividades de disfrute.

* Escuchar las señales que da el cuerpo.

* Pedir ayuda y recurrir a las redes de apoyo: familia y amistades.

* Mantener buenos hábitos de sueño, tratando de dormir las horas que el cuerpo necesite.

* Sostener una alimentación equilibrada y satisfactoria.

* Establecer un orden de prioridades.

* Aprender a delegar responsabilidades.

* Dirigir las acciones hacia objetivos posibles de lograr.

Qué hacer ante una emergencia

Si una persona se practica autolesiones, se pone en riesgo a sí misma o a quienes la rodean, manifiesta que va a quitarse la vida, se encuentra en un estado de euforia, no puede cesar el consumo de alguna sustancia, puede acudir a su centro de salud de referencia.

Vale destacar que los hospitales generales cuentan con guardias para personas en crisis agudas, acorde a las leyes en la materia.