La preocupación e incertidumbre por los dos casos de muerte en Berazategui, por haber ingerido carnes y achuras que se estudia si estaban en mal estado. Luego de estos casos, se investigan otros dos pacientes internados con síntomas similares y que también ingirieron carne en ese municipio.

Se difundió un comunicado del gobierno de la provincia de Buenos Aires, donde se confirmó en ambos pacientes fallecidos la presencia de Salmonella y en el segundo también de Shigella.

Respecto a esto, aparecieron algunas dudas entre los ciudadanos: ¿Qué son estas dos bacterias? ¿Cómo se contagian? ¿En qué casos su ingesta puede llegar a ser fatal? ¿Qué puede hacerse para prevenir el contagio?.

¿QUÉ ES LA SHIGELLA?

Claudia Degrossi, doctora en Química, docente del ITBA y cocreadora de @cazabacterias, expresó que la Shigella es una bacteria que tiene diferentes especies.

“Si bien hay algunas especies de Shigella que son más benignas y el desarrollo es solo una diarrea, una de ellas es especialmente más virulenta, hablamos de la dysenteriae serotipo 1, que produce una toxina que puede causar un daño sistémico a nivel del riñón y otros órganos”, explica a Clarín .

Degrossi señala que “es una causa frecuente de diarrea” en nuestro país. En el 2004, un brote de shigelosis terminó afectando a más de 3600 personas y se cree que la bacteria se había distribuido en ese entonces mediante el agua potable.

“La Shigella se caracteriza además porque su hábitat principal es el ser humano, por lo tanto una fuente frecuente de contagio es por agua contaminada, que si no es tratada va a llegar a otras personas que la consuman. El agua es uno de los vehículos más frecuentes de shigelosis”, amplía.

“En general -continúa Degrossi- se caracteriza porque la dosis infectiva es baja, si encima se trata de achuras que son lavadas, aunque aún el Malbrán no confirmó que esto haya sido así, la contaminación se puede extender, o si por ejemplo también se usa la misma fuente para apoyar achuras, lo crudo, lo cocido”, agrega.

En este sentido, explica que por lo general no deben lavarse las carnes, porque pueden contener distintos patógenos que podrían ser diseminados en la cocina.

SHIGELLA: MODO DE CONTAGIO

“El principal modo de control de la shigelosis es la prevención mediante el uso de agua segura, un adecuado sistema de saneamiento, y buenas prácticas de higiene durante la manipulación de alimentos” expresa la ficha técnica elaborada por la Red Nacional de Protección de Alimentos (RENAPRA).

“Es frecuente la intoxicación al manipular alimentos con las manos sucias. La persona que porta la bacteria manipula los alimentos sin la asepsia adecuada, estos se contaminan con el patógeno y contagian a los futuros consumidores”, amplía Dadic.

SHIGELLA: SUS SÍNTOMAS

Esta intoxicación presenta síntomas determinados. “Inicialmente, se manifiesta con dolor abdominal y vómitos, aunque el sello característico es la diarrea con sangre y abundante moco. La fiebre, suele ser de 38 grados o más”, detalla el toxicólogo.

Si bien los síntomas comienzan a aparecer de uno a dos días luego de la infección, también pueden tardar hasta una semana en desarrollarse. “El enfermo es un vector de contagio durante todo ese tiempo”, advierte.

El médico confirma que cualquier persona puede contraerla, aunque es más frecuente que esto suceda en niños menores de 5 años “que viven en precarias condiciones de salubridad”. Y añade: “También en los adultos es común en caso de realizar prácticas de sexo oral-anal”.

SALMONELOSIS: EL RIESGO DE LOS HUEVOS

Se trata de una enfermedad causada por ingesta de una bacteria llamada Salmonella que si bien no reviste mayor gravedad en un adulto sano, puede ser mortal en personas con inmunidad deficiente, ancianos o niños menores de dos años.

“En el caso de la Salmonella, ésta tiene la particularidad de alojarse en el intestino de los animales contaminados y transmitirse a través de sus excretas. Durante la faena y procesamiento (en caso de pollos o vacas), estos pueden contaminarse y llegar al comensal, que desarrolla la patología”, precisa Dadic.

SALMONELLA: EN QUE ALIMENTOS LA PODEMOS ENCONTRAR

  • Huevos de gallina y pato. Es el medio más frecuente de contagio.
  • Carne vacuna y de ave,
  • Leche y productos lácteos,
  • Pescados y camarones (por agua contaminada con heces),
  • Aderezo preparado con huevo no pasteurizado,
  • Frutas y verduras (no lavadas correctamente), entre otras.

La Salmonella tiene la capacidad de colonizar los ovarios de la gallina, por lo que algunos de sus huevos salen contaminados. “Si este huevo es mantenido a temperatura ambiente, sin una adecuada refrigeración, las bacterias comienzan a multiplicarse en su interior”, explica Dadic.

Por lo tanto, los platos con huevo como ingrediente y sin una cocción completa (postres como tiramisú, mousse y helados sin pasteurizar, platos a base de huevos revueltos, omelette o mayonesa casera) presentan un mayor riesgo.

SALMONELLA: QUE SÍNTOMAS DA

“Una vez infectada, la persona puede desarrollar la enfermedad días después y lo más característico es una gastroenterocolitis (inflamación del estómago, el intestino y colon)”, explica Dadic y detalla los síntomas más característicos:

  • Vómitos,
  • Dolor abdominal,
  • Fiebre
  • Diarrea con moco y sangre.

El tratamiento es similar al de la shigelosis.

SALMONELLA: LA MEJOR FORMA DE PREVENIR

Dadic señala las siguientes:

  • Nunca volver a congelar los alimentos ya descongelados. Al sacarlos del freezer, mantenerlos en la heladera, no afuera.
  • Antes de manipular un alimento, lavarse muy bien las manos.
  • Se debe ser especialmente cauteloso con alimentos lácteos y con los huevos en época de calor. A su vez, debe vigilarse especialmente su fecha de caducidad.
  • Limpiar bien la cáscara de los huevos y secarla antes de usarlos. Hacer lo mismo con la piel de la fruta antes de comerla.
  • Cocinar los alimentos al menos a 70 grados, “porque a esa temperatura la mayoría de los microorganismos mueren. Asegurarse de que los alimentos no queden crudos en su interior, sobre todo, los filetes muy gruesos, el huevo y el pescado”, aconseja.
  • Evitar la carne picada en menores de 5 años.
  • No mezclar alimentos crudos y cocidos. “La contaminación cruzada es uno de los principales riesgos en la cocina: si la carne está contaminada por patógenos y se la corta en la misma tabla que la manzana o con el mismo cuchillo, no se evitará la infección”, advierte.
  • Observar los cambios de olor o color de un alimento porque son señales de alarma.
  • Consumir inmediatamente la comida preparada y no reservarla a temperatura ambiente ya que cuando los alimentos cocinados se enfrían, empiezan a proliferar los microorganismos. Cuanto más tiempo pasa, más peligro hay.

(Fuente: La Voz del Interior)