
El Mar de Ansenuza retrocede y se incrementan las "tormentas de sal"
Las localidades más afectadas son las cercanas a la laguna, pero también por la gran cantidad de viento este mes alcanzó a ciudades más lejanas como Las Varillas o Villa María.
Seguramente en alguno de estos tantos días de fuertes vientos todos sintieron en algún momento el gusto a sal. Es un fenómeno que cada tanto se repite y sucede cuando la laguna retrocede dejando al descubierto el alto nivel de salinidad que la compone.
Debido a esto en algunas localidades las personas han experimentado problemas de salud y uno de los motivos son estas famosas “tormentas de sal” que vienen desde la Laguna Mar Chiquita y son arrastradas por el viento.
Las localidades más cercanas al Mar de Ansenuza (como se lo denomina) son las más afectadas, una de ellas es Altos de Chipión cuya área de salud reportó un incremento de la atención por patologías vinculadas a la esto.
El intendente de esta localidad, Neris Garraza, dijo a AM 1530: “Se ha producido un incremento significativo en las atenciones de enfermedades inflamatorias del aparato respiratorio, tanto superior como inferior. La característica es la persistente tos durante mucho tiempo, rinitis, faringitis en vías superiores y bronquitis en las vías inferiores, por ejemplo o conjuntivitis por la sal en suspensión”.
El retroceso que experimenta la Laguna no es reciente, lleva varios años dejando al descubierto su gran nivel de sal, a esto se suma el largo período de sequía que experimenta esta zona. Sin embargo, es con condiciones climáticas como la actual que este fenómeno se extiende llegando incluso a ciudades más lejanas como Las Varillas o Villa María donde también se siente ese “gustito”.
¿Tormentas de sal?
Este fenómeno se produce cuando los lagos ricos en sales disueltas disminuyen su superficie a causa de la evaporación, sus lechos quedan expuestos y, al secarse, estas áreas pueden emitir sedimentos ricos en sales a la atmósfera.
Según detallan desde la Universidad Nacional de Córdoba, este material puede depositarse en los suelos agrícolas y alrededores y, dependiendo de su composición química, puede afectar la productividad del suelo, principalmente si estas partículas son ricas en sales solubles de sodio, como es el caso de lo emitido desde la Laguna de Mar Chiquita.