Al menos 91 muertos, 20 de ellos niños, dejó el tornado que ocurrió en la Ciudad de Oklahoma, en el centro-sur de Estados Unidos. Amy Elliot, portavoz de la oficina del forense de la localidad, confirmó la muerte de las 91 personas, incluidos los niños, y no se descarta que la cifra pueda aumentar más.

Fuentes hospitalarias indicaron que los heridos son 145, de los cuales 70 son menores.

El potente tornado que ocurrió ayer en Oklahoma, arrancó casas y levantó automóviles, además de destrozar al menos dos colegios.

 

Las autoridades aseguran que muchas personas siguen atrapadas y los equipos de rescate continúan buscando entre los escombros, en particular en el suburbio de Moore, donde están los mayores daños, indicó el diario.

Al menos siete de los niños fallecidos eran alumnos de la escuela elemental Plaza Towers, en Moore, que quedó reducida a escombros, y donde se rescató a algunos menores, pero la búsqueda continúa ante el temor de que muchos sigan atrapados.

También la escuela elemental Briarwood, de la misma localidad, recibió el impacto directo del tornado, aclararon las autoridades.

El tornado, de más de tres kilómetros de diámetro, duró unos 40 minutos y cumplió un recorrido de unos 32 kilómetros entre las poblaciones de Newcastle y Moore.

Entre los edificios afectados hay dos escuelas, un cine y un hospital y se teme que cientos de familias hayan perdido sus hogares.

El Centro de Predicción de Tormentas de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) aclaró que el fenómeno fue un tornado de categoría EF4, la segunda máxima, con vientos de hasta 320 kilómetros por hora.

En 1999 otro tornado afectó a Moore, destruyó parte de la localidad y mató a 41 personas.

Desastre. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, declaró el estado de desastre en Oklahoma debido a los estragos, esta medida permitirá que la administración federal libere los recursos necesarios para atender a los damnificados, dándoles un refugio temporal y reparando sus viviendas, entre otras cosas, informó la Casa Blanca.

Obama ya había comprometido la ayuda de la administración federal en una conversación telefónica con la gobernadora de Oklahoma, Mary Fallin.

"El pueblo de Oklahoma está en nuestros pensamientos y oraciones", subrayó el presidente norteamericano, según despachos de EFE y Europa Press.

El gigantesco tornado golpeó a la Ciudad de Oklahoma apenas unas horas después de que en la madrugada del domingo al lunes otros tornados sacudieron el estado y se cobraron la vida de por lo menos dos personas, además de dejar casi una treintena de heridos y unas trescientas casas destruidas.