Las localidades de Frontera y Josefina otra vez están en el ojo de la tormenta con una alarmante escalada de violencia armada, en los últimos días. En lo que va de 2025, hubo al menos 14 personas baleadas y entre ellas dos fallecidos en diferentes episodios que, según fuentes judiciales y policiales, estarían vinculados a ajustes de cuentas, enfrentamientos entre bandas y conflictos relacionados con el narcomenudeo.

Los hechos tuvieron sus picos en los meses de enero, abril y ahora en mayo. Pese a los esfuerzos de control con operativos y refuerzo de fuerzas federales, los ataques no cesan y mantienen en vilo a la comunidad.

Los último casos 

Ayer 15 de mayo de 2025, se registró la segunda muerte del años. David Horacio Martínez, alias “Totin” de 21 años falleció en el Hospital Iturraspe de San Francisco tras permanecer varios días internado. Había sido baleado con perdigones en la zona lumbar, brazo izquierdo y muslo derecho en un ataque ocurrido en Frontera. El caso es investigado por la Fiscalía santafesina.

El martes 13 de mayo, un hombre de 28 años recibió múltiples heridas de perdigones en el cráneo y una fractura doble en el fémur derecho. El hecho ocurrió en Calle 100 de Frontera y, según fuentes extraoficiales, se trataría de un ajuste de cuentas por una deuda. Fue derivado al Hospital Cullen en estado crítico.

El 30 de abril, un adolescente de 15 años fue asistido por heridas de arma de fuego en ambas piernas. El ataque ocurrió en la vía pública de Frontera, y fue dado de alta tras recibir curaciones.

Luego, el 23 de ese mismo mes, un hombre de 62 años fue baleado en su casa de Calle 11 de Frontera. Ingresó al Hospital Iturraspe con una herida de bala en la mano, pero no quiso brindar detalles del hecho.

El 17 de abril, un joven terminó herido en la zona intercostal cuando, según fuentes, intentó atacar un búnker rival. Fue repelido con un disparo de escopeta en Calle 100. La víctima se negó a colaborar con la investigación. Todo apunta a una disputa entre bandas de venta de drogas en Frontera.

Comienzo de año “complejo”

Desde el 7 hasta el 31 de enero, se registraron nueve ataques distintos en Frontera y barrio Acapulco que dejaron a ocho personas con heridas de bala de diversa gravedad y un fallecido.

El martes 7 de enero en barrio Acapulco, donde un hombre de 30 años recibió un disparo en el abdomen y debió ser intervenido quirúrgicamente, quedando en estado crítico. Al día siguiente, el miércoles 8, un joven de 18 años y una mujer de 27 fueron baleados en diferentes puntos de Frontera, ambos con heridas en las piernas, en hechos que aparentemente no estarían relacionados.

Una semana después, el martes 14, un hombre de 29 años sufrió dos disparos en la pierna izquierda, lo que le provocó una fractura ósea.

La seguidilla de hechos continuó el viernes 24, cuando un adolescente de 17 años fue herido en el tobillo. Luego, el martes 28, un policía de Córdoba resultó herido en la mano tras quedar en medio de un tiroteo entre bandas en Frontera. Al día siguiente, el miércoles 29, un joven de 21 años fue baleado en el abdomen y quedó en estado delicado tras ser intervenido en el Hospital Iturraspe.

El caso más grave se dio también el 29 de enero, cuando Pablo Daniel López, de 47 años, fue asesinado frente a su casa en Frontera. Un grupo armado irrumpió en el lugar y efectuó varios disparos, impactando en su tórax y abdomen.

Finalmente, el 31 de enero, un adolescente de 13 años fue herido en barrio Acapulco cuando una moto pasó y efectuó cuatro disparos. El menor recibió impactos en la mano y la pierna izquierda, quedando internado con lesiones graves.

El total acumulado en los primeros cinco meses del año alcanza los 14 baleados, con dos víctimas fatales, en su mayoría jóvenes. La violencia armada en la frontera cordobesa-santafesina muestra una tendencia preocupante, con ataques cometidos en plena vía pública y con armas de fuego de diversos calibres, muchas veces enmarcados en conflictos barriales o narcomenudeo.

La Fiscalía de Rafaela y las fuerzas de seguridad, tanto provinciales como federales, intervienen en la mayoría de los casos, aunque las causas muchas veces se ven obstaculizadas por el silencio de las víctimas y la falta de colaboración.