La causa donde se investigó el crimen del médico Daniel Casermeiro (61) y ya tiene fecha de juicio cuenta todavía con algunos misterios sin resolver que podrían develarse durante las audiencias.

El único imputado por el asesinato es Gerardo Luis Gette (59), quien irá a juicio el próximo lunes 7 de noviembre, confirmó este lunes la Cámara del Crimen de San Francisco.

Aún no se conoce la cantidad de audiencias que habrá, aunque se adelantó que serán con jurados populares además de los tres jueces encargados de decidir la suerte de Gette, quien permanece en la cárcel de San Francisco y en silencio desde su detención a finales de diciembre de 2019.

Una de las expectativas de este juicio es si decidirá hablar en algún momento y defenderse contando su verdad.

El fiscal Bernardo Alberione, que estuvo al frente del caso, remarcó en su momento que el móvil del asesinato fue económico y apuntó a una deuda que Gette habría tenido con Casermeiro. Se sospecha que eran 500 mil pesos que fueron usados para la compra de una camioneta VW Amarok por parte del primero.

En el medio habrían existido otras diferencias económicas, como la compra de un departamento en Brasil.

Según la investigación, para la fiscalía el imputado primero mató al médico en ese campo donde fue hallado y después abandonó el auto BMW perteneciente de la víctima en un maizal sobre la Ruta 1. Luego regresó caminando a San Francisco, prueba que estaría reforzada por distintas cámaras de seguridad urbanas.

Misterios no resueltos

Pese a que hay conformismo en los investigadores por haber cerrado el caso, todavía quedan algunos misterios que no pudieron resolverse.

¿Qué hacían casi nueve millones de pesos dentro del baúl del auto? Cabe recordar que el vehículo de Casermeiro apareció distante a unos cinco kilómetros de donde fue hallado su cuerpo sin vida, en medio de un maizal. En el baúl había esa cifra de dinero que quedó intacta.

Según fuentes consultadas, para el médico su auto “funcionaba como una oficina” y siempre llevaba dinero por si surgían negocios, ya que también se dedicaba a la parte inmobiliaria.

¿Por qué no apareció el arma homicida? Este es otro de los misterios. La pistola con la que ejecutaron por la espalda al ginecólogo nunca apareció. Tampoco su teléfono celular, el que podría haber sido clave.

Preguntas que aun hoy no tienen respuestas.