Una mujer de 83 años, identificada como Ana Angélica Gareri, fue encontrada muerta dentro del placard de su vivienda en calle Armenia al 1800, en barrio Pueyrredón de la ciudad de Córdoba. El hallazgo se produjo en la tarde del lunes luego de una denuncia por su desaparición. Su hijo, de 58 años, quedó detenido mientras avanza la investigación judicial.

Fuentes oficiales señalaron que el operativo se realizó tras una orden judicial. La policía llegó al domicilio alertada por una denuncia realizada por una de las hijas de la mujer, preocupada porque hacía varios días no tenía noticias de su madre. Otra versión indica que fueron vecinos quienes advirtieron la ausencia prolongada y dieron aviso a las autoridades.

Cuando los efectivos se presentaron en la vivienda, el hombre que residía allí —Jorge Gustavo López, hijo de la víctima— primero negó saber algo y alegó que su madre se había ido a morir a su pueblo. Sin embargo, un fuerte olor nauseabundo que emergía del interior de la casa motivó que los uniformados solicitaran ingresar. Finalmente, el hombre admitió que había colocado el cuerpo en el placard, dentro de la habitación de la mujer.

El cadáver fue hallado en un mueble de aproximadamente 1,20 por 0,80 metros, tapado con prendas. El cuerpo estaba en avanzado estado de descomposición, y según habría dicho el propio imputado, la mujer habría muerto hace una semana. A partir de este testimonio, la policía judicial y personal forense comenzaron las tareas correspondientes bajo la supervisión de la Fiscalía de Violencia Familiar, a cargo del fiscal Gonzalo Berrotarán.

Autopsia y denuncias

La autopsia será clave para determinar si hubo una muerte natural, una situación de abandono o la comisión de otro delito, señalaron fuentes cercanas al caso. Por el momento, no se ha confirmado si el cuerpo presentaba lesiones visibles, algo que deberán establecer los peritos.

Además de la autopsia, la fiscalía dispuso peritajes psiquiátricos al imputado, quien quedó formalmente detenido este lunes por la tarde.

Una vecina del barrio relató que la mujer había denunciado previamente a su hijo por violencia familiar. “Ella se cruzaba mi negocio cada vez que tenía problemas con el hijo a pedirme auxilio, porque él le pegaba”, declaró. También señaló que la víctima “sufría abusos físicos y económicos”, y que el hombre “le robaba las tarjetas de crédito y de débito de su jubilación”.