El detenido por el crimen del médico Daniel Casermeiro, Gerardo Gette, fue trasladado nuevamente este viernes a los Tribunales de San Francisco, donde negó los hechos que se le imputan aunque se negó a declarar.

Gette es el único imputado en la causa, en este caso por homicidio calificado. Tras ser notificado el pasado lunes de la imputación en su contra, cuando también se abstuvo de declarar al no haber tenido sus abogados el acceso al expediente, este viernes fue llevado nuevamente a Tribunales, donde permaneció por un par de horas.

Tras reunirse con los abogados que lo representan, otra vez eligió no declarar, aunque fuentes de la causa señalaron a este medio que solamente negó los hechos que lo tienen, según la investigación judicial, como principal sospechoso. 

Cabe recordar que fue detenido en la madrugada del viernes 27 de diciembre, luego de que se encontrara el cadáver del médico que estuvo desaparecido una semana.

Entre Gette y Casermeiro habría existido una relación vinculada a los negocios, mencionándose la “balanza” de camiones como un punto en el que se investiga. Además, según la investigación, se vieron horas antes de la desaparición de este último.

La pistola, sin relación con el caso

Por otra parte, la pistola calibre 22 que fue hallada en la mañana del lunes 23 de diciembre por empleados del ferrocarril Belgrano, en una zona aproximada a donde apareció el automóvil del médico Casermeiro, no tiene relación con el homicidio, anticiparon a El Periódico fuentes cercanas a la investigación.

Cabe recordar que el arma se encontraba cercana a las vías, varios metros antes de la cabina de peaje cercana a la localidad de Devoto.

El arma fue peritada por personal de Policía Judicial de Córdoba y dio resultado negativo al contrastarse con el proyectil retirado de la cabeza de Casermeiro, que también había sido enviado a los laboratorios científicos tras la autopsia del cuerpo.

Ahora, se busca dar con el arma homicida y también con el teléfono celular del ginecólogo quien recibió en la nuca, según el fiscal Bernardo Alberione, un disparo a “traición”.