Un adolescente herido de bala en barrio José Hernández hace un par de semanas fue el detonante para que los vecinos pidieran urgente medidas de seguridad en ese sector de la ciudad. En La Milka, el último domingo un pibe de 14 años sufrió una gravísima lesión en la columna dorsal que podría dejarlo parapléjico, también al ser impactado en el cuello por un proyectil disparado por otro chico, de 15 años. Y así se pueden seguir contando historias fatídicas.

En San Francisco, como en Frontera, se traiciona el dicho porque a las armas parece no cargarlas el diablo sino chicos de 14 años en adelante que dirimen sus pleitos a los tiros sin importar las consecuencias.

Según publica en su web el Registro Nacional de Armas (Renar) el 65 por ciento de las muertes por armas de fuego no se producen en “ocasión de robo” o en cualquier otro delito, sino por conflictos interpersonales, discusiones banales, de pareja, de tránsito, de familia o vecinales. También suicidios.

¿De dónde sacan las armas?

Según estadísticas del Hospital Iturraspe por fin de semana suele ingresar un promedio de dos personas heridas por arma de fuego.

Fuentes policiales consultadas indicaron a El Periódico que el acceso de los jóvenes a las armas de fuego comienza desde los 14 años. Se trata de revólveres que provienen del mercado ilegal.

En nuestra zona la mayoría de las armas que se suelen secuestrar en allanamientos son obsoletas. En algunos casos son robadas en hechos delictivos y en otros los mismos hijos de una familia se las sacan a los padres para hacer justicia por mano propia o salir a delinquir.

“Hay cifras negras, robos de armas que se dieron en domicilios pero que no fueron denunciados por los damnificados debido a que no las tenían registradas”, aseguró un oficial sanfrancisqueño en actividad.

Muy viejas

El mismo policía explicó que en los allanamientos se secuestran armas “obsoletas” como revólveres calibre 22, 32 o 38: “Son armas que pasaron de mano en mano, primero fueron de los abuelos, luego de los padres y ahora las toman los hijos”.

Un oficial retirado consultado recordó que tiempo atrás la Policía le sacó a un delincuente un revolver calibre 38 que era utilizado con balas de “un 32”: “Utilizó cartón para que le dé el calibre y la pudo hacer disparar igual”, comentó.

Además, el expolicía avaló la teoría de que en el mercado negro más que venderse las armas se alquilan y a cualquier precio.

Las armas que secuestra la Policía son las que encuentra en allanamientos o detenciones, pero no hay investigaciones sobre el mercado negro, el cual se compone del famoso desvío: armas (legales) que se pierden y se roban.

…………………………………………………………………………………………………………………………

Desarme

En 2013 se entregaron voluntariamente más de mil armas en Córdoba, las que fueron destruidas. Fue dentro del Plan Nacional de Entrega Voluntaria de Armas de Fuego que se implementa desde 2007 en el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación.

La mayoría de quienes tenían esas armas, más del 60 por ciento, eran hombres mayores de 60 años que las habían heredado.

La entrega es anónima y voluntaria, en tanto las personas reciben una retribución económica de entre 200 y 600 pesos, según el tipo y calibre, al momento de entregar el arma.

Pero quien las suele entregar es el ciudadano común por miedo a usarla o por los riesgos que pueden causar. Sólo un bajo porcentaje lo hace por el incentivo, lo que demuestra que no es la principal motivación para entregar un arma.

…………………………………………………………………………………………………………………………….

Caza y tiro deportivo

Propietarios de armerías consultados por El Periódico aseguraron que la gente que compra armas lo hace para realizar tiro deportivo o para cazar. En San Francisco existen por mes unos 20 registros y renovaciones de armas.

Además en estos locales las normas de seguridad se volvieron mucho más estrictas. En los negocios las armas están separadas y encadenadas en una habitación y solo pasan a verlas quienes las vayan a comprar. Lo mismo con las municiones.