Un informe de la consultora CCA difundido por Granar realizó un resumen del verano y señaló que "sin indicadores de fondo que permitieran proyectar con facilidad la evolución del trimestre de verano, el mes de diciembre comenzó con altos niveles de reserva y con lluvias que auguraban una continuidad de la mejora que se había definido en noviembre. Sin embargo, superada la primera década del mes, comenzaron los problemas: sobrevendría un mes con persistentes olas de calor y lluvias muy escasas". "Como hemos mencionado en otros informes, este comportamiento impactó fundamentalmente en los maíces tempranos, observándose una clara recuperación de las lluvias en forma alternada, pero con epicentro en la franja central del país, entrando a la última década de enero. Desde entonces y hasta finales de febrero, los aportes pluviales disimularon el extremo período de estrés térmico e hídrico que padecieron los cultivos. Es decir el resumen del trimestre, es claramente una mirada sesgada de lo que sucedió en el verano, sin embargo permite identificar al sudoeste de la región pampeana como la más perjudicada por la escasez pluvial", expresó el informe.En tanto, comenzó el análisis desde el NOA, e indicó que hay "en este sector precipitaciones altamente satisfactorias, que superan los valores estadísticos y definen una oferta sobrada. La zona sin embargo esta transitando el mes de marzo con algunas necesidades, producto del retaceo de precipitaciones que ha comenzado a observarse. El NEA por su parte, tuvo una oferta más pareja, incluso en momentos críticos, hubo algunos episodios pluviales generosos que perfilan una campaña con muy buenos resultados para Chaco y las vecindades de Santiago"."En la región pampeana se presentan desvíos positivos muy marcados en gran parte de la zona núcleo. Los mismos se definieron básicamente con las abundantes lluvias de finales de enero y la primera parte de febrero y luego con episodios de menor volumen pero de gran persistencia. En vastos sectores de la franja central del país, desde principio de febrero no ha habido semana sin que se observaran al menos tres días de lluvia. En el resto de los días el ambiente húmedo y las coberturas nubosas siempre tuvieron protagonismo, con lo cual la tasa de insolación claramente se ha ubicado por debajo de los valores normales, impactando en el comportamiento térmico del mes de febrero. Si bien hay sectores reducidos donde los registros no alcanzaron los valores normales de precipitación del trimestre de verano, esto claramente es una excepción más que una regla", detalló la consultora.Asimismo, expresó que "se observa una clara diferenciación en los volúmenes acumulados de lluvia al desplazarnos hacia el sudoeste, con una mejora irregular en el sur de Buenos Aires al recorrer de oeste a este, hasta llegar a la  normalización o la sobreabundancia en zonas costeras. Desde el punto de vista meteorológico, del acumulado pluvial del trimestre, podríamos inferir que este período ha sido muy benigno para el desarrollo de la gruesa, sin embargo ya se sabe el impacto sufrido por el maíz de primera. En general, se podría concluir que esta viene siendo una campaña que ha beneficiado a los cultivos de segunda y obviamente a las sojas de primera que pudieron sobrellevar el estrés térmico que generaron las olas de calor".