Casi seis años después del crimen del cantautor argentino Facundo Cabral, la Justicia de Guatemala emitió sentencia y dispuso condenar a los cinco responsables a penas de más de 50 años de prisión.

Esto fue lo que concluyó este jueves el Tribunal de Mayor Riesgo A de Guatemala, que encontró indicios y pruebas suficientes para razonar que los cinco condenados participaron el 9 de julio de 2011 en la muerte de Cabral, un hombre que forjó su carrera musical en la canción protesta, el compromiso social y la reflexión espiritual.

Los condenados son el costarricense Alejandro Jiménez, alias "El Palidejo", y los guatemaltecos Elgin Enrique Vargas Hernández, Wilfred Allan Stokes Arnold, Juan Hernández Sánchez y Audelino García Lima.

El cabecilla de la trama, el costarricense Jiménez, pidió este mismo jueves al Tribunal su absolución, argumentado que su captura, que se produjo en Colombia en marzo de 2012, fue ilegal, pero la jueza rehusó este alegato.

El homicidio

El trovador argentino fue atacado a tiros el 9 de julio de 2011 cuando se trasladaba, junto con su representante, el nicaragüense Henry Fariñas, desde el hotel donde se hospedaba hacia el aeropuerto internacional La Aurora después de un concierto.

En ese momento, un grupo de sicarios interceptó el vehículo y le asestó hasta 25 disparos. Cabral falleció en el lugar del ataque, en el Bulevar Liberación, en el sur de la ciudad, mientras que el nicaragüense resultó herido de gravedad.

Fariñas, un empresario de espectáculos que era propietario de una cadena de clubes nocturnos en Centroamérica, era el blanco de esta agresión ordenada por "El Padilejo", supuestamente en venganza por el robo de un cargamento de drogas.

Condenados

El nicaragüense y el costarricense lideraban una supuesta red internacional de narcotráfico, cuyo objetivo era llevar de costa Rica a Guatemala droga del grupo colombiano "Los Fresas", y cuyo destino final era la banda mexicana de "Los Charros".

Hoy en día, Fariñas está en prisión tras ser condenado a 30 años de cárcel por narcotráfico en Nicaragua en 2012, aunque dos años después los tribunales de su país le rebajaron la pena a 18.

En base a las pruebas presentadas por la Fiscalía, la titular del Alto Tribunal, Jazmin Barrios, dispuso que los cinco acusados recibirían 30 años de prisión por el delito de asesinato y 20 por el de asesinato en grado de tentativa.

Pero además, Hernández y Stokes fueron condenados a 3 años de prisión por encubrimiento propio, lo que en estos dos casos hace un total de 53 años de cárcel.

Cabral, que murió con 74 años, se definía a sí mismo como un "vagabundo de primera clase", porque tras tener una vida marcada por el abandono, la pobreza y el dolor, en la que "no se podía esperar nada", finalmente tuvo una "vida extraordinaria".