El último martes, dos hermanos policías que se desempeñan en la Policía Barrial como dupla motorizada, le salvaron la vida a una beba de 11 meses que se estaba ahogando con un caramelo en una vivienda de barrio Bouchard.

Los conocimientos en maniobras de reanimación y la confianza que ambos se depositan, permitieron una rápida intervención para evitar un triste final.

Los sargentos Eduardo (36) y Lucas (32) Fortunato estaban de servicio esa tarde alrededor de las 20 desde la central de operaciones los llamó para acudir a la calle General Paz al 1400 de barrio Bouchard, donde una menor se estaría ahogando con un objeto.

“Llegamos al domicilio rápidamente y vimos a la nena que ya estaba con la cara morada, la madre muy nerviosa; nos pusimos en conocimiento de qué era lo que había pasado y nos explicó que estaba comiendo un chupetín, se le rompió el palito y le obstruyó las vías respiratorias, mientras mi compañero agarró a la nenita y comenzó a realizarle la maniobra de Heimlich”, recordó el agente Eduardo Fortunato.

En este sentido, su hermano Lucas añadió: “Tomé a la bebé mientras mi compañero continuaba tratando de calmar a la gente, le pedí que me ilumine porque estábamos en la vereda y estaba oscuro, sujeté a la bebé boca abajo sobre mi brazo izquierdo y apenas apliqué la maniobra sentí el llanto de la bebé y su respiración. Le di la tranquilidad a la madre de que si llora es porque realmente podía respirar normal”.

Tranquilidad por fuera, adrenalina por dentro

Los hermanos coincidieron en que tales casos que incluyen menores y la desesperación de un grupo de personas, lo principal es transmitir tranquilidad y despejar el área para poder trabajar mejor o prepararla ante la llegada del servicio de emergencias.

“Uno por lo que está capacitado porque todos los años nos enseñan y practicamos las maniobras de primeros auxilios-remarcó Lucas-. Tenemos que enfocarnos en estar más tranquilo que la gente del entorno, obviamente que es una situación de mucha adrenalina, pero tenemos que saber actuar lo más calmados posibles. Pero fue todo un segundo, pasa muy rápido y por suerte todo salió muy bien”.

Ya con la niña fuera de peligro, los efectivos aguardaron la llegada del servicio de emergencia y la comprobación por parte de los doctores de que la niña estaba fuera de peligro.

Familia de policías

Los Fortunato provienen de una familia de policías, su padre es un agente ya jubilado y son tres los hermanos que cumplen funciones en la Departamental San Justo, Eduardo el mayor, Fernando y Lucas, el menor.

En este caso, la dupla de hermanos hace más de un año que cumplen funciones como motopolicías: “Siempre recalco lo mismo-sostuvo Lucas con una sonrisa-, que más allá de ser familia, acá adentro somos compañeros, tenemos que trabajar con profesionalismo, fuera de la institución ya es otra cosa”.

De todos modos los dos hermanos manifestaron tener una mayor confianza a la hora de trabajar: “Cada uno sabe todo lo que tiene que hacer, además hacemos capacitaciones y cursos juntos, como para mejorar los dos en nuestro trabajo”, señaló Eduardo.

De todos modos, al ser Eduardo el de más trayectoria dentro de la institución, es el que se encuentra a cargo a la hora de tomar decisiones en la dupla, “y en casa soy el mayor así que también”, acotó entre risas.