Llaryora, Schiaretti y “el kilómetro cero” desde donde parten sus aspiraciones
Ambos dirigentes del peronismo cordobés mantienen una estrecha relación política. Uno quiere ser gobernador, el otro presidente.
“Este es el kilómetro cero, siempre te fue bien acá, así que esa es una cábala que vamos a mantener”, le dice en tono de confianza y con una risa cómplice Martín Llaryora, el intendente capitalino, al gobernador Juan Schiaretti. El escenario fue el nuevo edificio de la escuela ProA en barrio Los Palmares, en nuestra ciudad, el que inauguraron oficialmente este martes.
Lo del “kilómetro cero” tiene su explicación. Y viene a colación del anuncio que Schiaretti hizo al pisar suelo sanfrancisqueño, el de ser candidato a presidente.
“Siempre nos diste una mano, en 2007 cuando nos tocó asumir (Llaryora la intendencia y Schiaretti la gobernación) las cloacas en San Francisco explotaban y pasamos de eso a ser hoy una ciudad con el 90 por ciento de cloacas”, dijo el candidato a sucederlo en la Provincia, rememorando sus primeros años como mandatario local, momentos donde recibió una Municipalidad en llamas, agobiada por las deudas económicas.
Con ese ejemplo, Llaryora explicó que Córdoba es gobernada con otro modelo que se sale de la grieta y aseguró: “Córdoba no es otro país, pero con seguridad Argentina sería otro país si fuese gobernada como Córdoba. La Nación necesita un presidente como Juan Schiaretti”, afirmó.
Una banca fuerte
Llaryora y Schiaretti arrancaron sus gestiones a finales de 2007. El camino que le tocó al primero fue más espinoso, pero encontró en el apoyo del segundo una capa para no pincharse.
Se trataba de tiempos donde se hablaba de una relación tirante entre el líder del peronismo cordobés, José Manuel de la Sota, y el joven justicialista que por ese entonces era concejal opositor al gobierno radical de Hugo Madonna.
Recordemos que para llegar a ser candidato a intendente en 2007, Llaryora debió sortear una interna contra Damián Bernarte, hoy un aliado. Luego enfrentó a Madonna en una contienda electoral durísima al que terminó venciendo por escasos votos.
Siempre detrás de cada objetivo del local estuvo la figura de Schiaretti, cuya manta protectora creció mientras ambos daban sus pasos en la gestión. Por eso no fue casualidad que realizara días después de ambas asunciones –diciembre de 2007- la primera reunión de gabinete en el interior de la provincia en San Francisco.
En esa oportunidad, brindó un fuerte respaldo al flamante intendente de San Francisco al manifestar que el gobierno provincial “iba a apuntalarlo” para normalizar el funcionamiento del municipio”.
“Me acuerdo cuando asumió Martín, esta ciudad no estaba fundida, estaba recontra fundida. Yo le dije que le daba una mano con la obra pública pero que él debía equilibrar la ciudad y lo hizo mostrando su capacidad de gestión, sin producir costos sociales para la población”, recordó hoy el gobernador en el auditorio de la escuela ProA.
La relación siguió creciendo, a tal punto que Llaryora fue ministro provincial, diputado, vicegobernador y el elegido para el desafío peronista de recuperar la Capital.
Este 2023, los encuentra otra vez a ambos con un nuevo desafío político. Desde San Francisco, ese el “kilómetro cero” al cual ya lo toman como cábala.