En sus inicios, en la década del ’70 en el siglo pasado, llegar al Parque Industrial desde el centro urbano de San Francisco era como viajar a un pueblo cercano. La zona suroeste no mostraba la imagen imponente que los vecinos puede observar en la actualidad: fábricas de todo tipo y en pleno funcionamiento con sus máquinas y hombres.  

Lo que se veía en aquel entonces era sobre todo campo. Y en medio de ese verde se instaló la primera fábrica: “Talleres Metalúrgicos Pagliano SRL.”, una Pyme familiar que había nacido en 1965. Valentín Marcos Pagliano, junto a su cuñado, habían fundado esta empresa que, debido a los trabajos que se realizaban y a la expansión que fueron teniendo, el radio urbano les quedaba chico. 

Según recuerda su hijo Néstor Pagliano, quien hoy forma parte del directorio de polo fabril y acompañó a su padre varios años en la empresa, el galpón era una pequeña mancha oscura entre el verde del campo, una zona desierta por ese entonces. Es que, por entonces, apenas estaban marcados los caminos. 

Pagliano era reconocido por la realización de trabajos con forja y mecanizado de piezas e incursionó, además, en la fabricación de repuestos de tractores y hasta de ciclomotores en la década del noventa, cuando empezó a producirse su ocaso a causa de las crisis económicas. Fue el "Efecto Tequila” el que terminó dándole el golpe de gracia. 

Cabe recordar, que la inauguración y colocación de la piedra fundamental del Parque Industrial se realizó el domingo 24 de octubre de 1971, en una serie de actos presididos por el presidente de la Nación, teniente general Alejandro Agustín Lanusse. El mandatario ese día realizó una visita a San Francisco y efectuó algunos anuncios de importancia para la ciudad: la instalación de la casa central del Banco Nacional de Desarrollo en el Centro Cívico, la realización de una autopista de Santa Fe a Córdoba pasando por San Francisco y la realización del segundo acueducto Villa María-San Francisco.  

El 29 de marzo de 1974, finalmente, se puso efectivamente en marcha la obra del Parque Industrial San Francisco.  

Necesidad de mudarse  

Pagliano (h) contó que el lote en el Parque Industrial fue adquirido en 1974, con el objetivo de levantar una nave para la forja especialmente, tarea a la que se dedicaban. “Justo en ese momento un cliente de Venado Tuerto le ofrece a mi padre un martillo de caída libre para forja, era una máquina de 45.000 kg, entonces se necesitaba el lugar con un cimiento especial porque producía determinadas vibraciones. Esto aceleró el proceso de irnos de la ciudad”, explicó. 

Según el industrial, hoy jubilado, el predio que comenzaba a nacer en el suroeste de la ciudad se convirtió “en la opción ideal” para la familia: “Primero porque no teníamos un local propio, segundo que con el tema de la forja necesitábamos un lugar donde no molestar a nadie por el problema de las vibraciones. Ya habíamos tenido malas experiencias”, recordó. 

Sobre cómo era el Parque por ese entonces, Pagliano (h) rememoró: “La única ventaja que teníamos era la energía eléctrica y el agua, pero no teníamos caminos, no estaban bien las trazas de los caminos, o sea la única forma de llegar hacia la fábrica era cruzando el campo. Instalamos la forja y los días de lluvia llevábamos nosotros al personal con la camioneta porque se les complicaba llegar”.  

Pasaron los años y una de las crisis económicas de la década del noventa terminó dándole un golpe de nocaut al taller: fue una víctima más del “Efecto Tequila”. 

“En 1996, del proyecto de ampliación que mi padre pensaba pasamos a la crisis del Efecto Tequila. Nosotros exportábamos en ese momento a México y habíamos desarrollado la caja del VW escarabajo que iba en la dirección. Se hizo una inversión muy grande y todo terminó en chatarra. Esta situación nos arrastró a nosotros y mi padre terminó cerrando la fábrica”, dijo nostálgico. 

Talleres Metalúrgicos Pagliano SRL. trabajó con clientes destacados como Fundición Corradi, Talleres Koop, Fiat Tractores, Zanello y Garelli, entre otros.