Los más de 41.000 muertos debido al sismo informados por Turquía se suman a los fallecidos en el noroeste de Siria, mucho más difíciles de calcular, según la agencia de noticias Europa Press, que recoge información de la agencia turca Anatolia.

Naciones Unidas estima que entre 4.000 y 4.400 personas habrían fallecido en el noroeste de Siria, según la oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA).

Así, los sismos habrían causado más de 45.000 muertes, cada vez más cerca de la aproximación inicial de la ONU, que cifraba el total en al menos 50.000.

El presidente del organismo, Yunus Sezer, agregó que "las operaciones de búsqueda y rescate, en su mayor parte, llegarán a su fin el domingo por la tarde", ante el descenso de posibilidades de seguir hallando supervivientes casi dos semanas después de los terremotos.

"En muchas de nuestras provincias, las búsqueda y los rescates terminaron. Siguen las tareas en las provincias de Kahramanmaras y Hatay", dijo Sezer a los periodistas, en Ankara.

Por su parte, el ministro de Defensa de Turquía, Hulusi Akar, destacó que en estos momentos hay que apelar "a la unidad y la solidaridad".

"Haremos todo lo posible para sanar estas heridas", dijo, según informó la agencia estatal turca de noticias, Anatolia.

El vicepresidente turco, Fuat Oktay, detalló que más de 374.000 personas ya fueron evacuadas de las regiones afectadas, entre ellas cerca de 1.600 niños no acompañados.

Sin embargo, mencionó que más de 950 "han sido ya reunidos con sus familias".

El director regional de emergencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Rick Brennan, afirmó la semana pasada desde Damasco que el organismo calcula al menos 9.300 muertos en Siria --unas 4.800 en zonas controladas por las autoridades y 4.500 en áreas en manos rebeldes--, si bien matizó que ahora mismo no hay forma de realizar una proyección ajustada.

Según especialistas locales, la línea de fractura donde se produjo el movimiento sísmico estuvo relativamente tranquila en los últimos tiempos, pero esta relativa tranquilidad fue la que produjo la mayor potencia del sismo porque la energía se fue acumulando y debía ser liberada.

Una de los motivos de la gran mortalidad del terremoto, que tuvo el epicentro en la ciudad turca de Gaziantep, fue que ocurrió a las 4.17 hora local, por lo que sorprendió a la población durmiendo, lo que causó que muchas de las víctimas hayan quedado atrapadas en los hogares que colapsaron.

Fuente: Télam