Como consecuencia a las trabas para importar insumos, lo que provoca un recorte en la producción, la autopartista alemana ZF, radicada en San Francisco, comenzará a suspender personal desde la semana próxima.

El anuncio lo realizó el gerente general de la compañía, Alejandro Roasso, quien señaló que pese a las gestiones realizadas ante las autoridades provinciales y nacionales, no lograron destrabar los permisos de importación (conocidos como SIMI).

En diálogo con el diario Ámbito, Roasso sostuvo que a la empresa no le queda otro remedio “porque no tenemos insumos para sostener el ritmo de producción necesario para abastecer al mercado interno y las exportaciones”. Luego aclaró que en principio serán unos cuarenta trabajadores, pero si no se soluciona el problema, deberán sumar más personal con esta medida.

Ante la consulta sobre los motivos de las demoras para autorizar las importaciones, el directivo señaló que “los problemas vienen desde hace meses, pero ahora se llegó a una situación límite, se fue agravando, porque no hay dólares suficientes para atender a todos los sectores”.

La empresa es proveedora, en el mercado local, de Volkswagen, General Motors, Iveco, Mercedes-Benz, Renault y Nissan. Aunque su principal actividad es la exportación, ya que el 55% de los amortiguadores que fabrica los vende al exterior, lo que le permite ser superavitaria. Su producción anual es de 2 millones de unidades.

“La situación es delicada en todo sentido. El mercado interno, si no se soluciona, va a sentir el impacto, pero nos preocupa lo que puede pasar con las exportaciones porque podrían perderse contratos y que otras filiales se queden con esos mercados que hoy se abastecen de la Argentina” dijo Roasso a Ámbito.

ZF es la tercera autopartista en importancia a nivel mundial. La compañía cuenta con unos 400 trabajadores. Unos 100 fueron incorporados este año, ante la expectativa de mayor demanda.

Cómo es la suspensión

El personal suspendido pasa al sistema de “banco de horas”. Esto implica que no dejarán de cobrar su sueldo y, cuando se recupere la actividad, devolverá las jornadas de trabajo en las que no concurrió. “Esto se puede hacer de forma temporaria. Si no hay una solución, habrá que tomar otras medidas” señaló el directivo.

La empresa venía trabajando a un ritmo de 9.300 amortiguadores diarios y tuvo que reducirlo a 7.500. El problema es que si se prolonga la solución al conflicto, deberán recortar envíos al exterior o al mercado interno.

Uno de los mercados más importantes de la planta sanfrancisqueña es Brasil.