Con la llegada del gobierno de Alberto Fernández se reflotó el Plan Procrear y mediante sus alternativas la posibilidad cierta de poder concretar las 200 viviendas del plan habitacional de Cáritas en San Francisco. Las tierras, que fueron cedidas hace ocho años por la Municipalidad a la Iglesia local, ubicadas en la zona sur, se encuentran ociosas todavía pese a la gran necesidad habitacional existente.

En total son unos 15 los municipios del departamento San Justo donde se cedieron terrenos para este fin, lográndose la construcción de viviendas sociales en varios de ellos. Si bien se trataron de proyectos más chicos, ya que la cantidad de unidades habitacionales fue menor a la que se pretende para nuestra ciudad, hubo voluntad de llevar el plan adelante.

En una entrevista con El Periódico, en agosto pasado, Monseñor Carlos Tissera, presidente de Cáritas a nivel nacional, reconocía sus esperanzas de que pueda reactivarse este programa de viviendas.

Quien fuera obispo de San Francisco entre los años 2005 y 2011, resaltaba la fuerte incidencia de Cáritas en lo habitacional y destacaba que hicieron cerca de siete mil casas en el país hasta la llegada a la presidencia de Mauricio Macri a fines de 2015: “Los cuatro años del gobierno de Macri, por las razones que fueran, no pudimos hacer nada. La gente había sido convocada, se armaron equipos de trabajo en cada parroquia y lamentablemente nos trajo problemas internos en Cáritas por gastos de personal y gente que trabajaba. El plan nunca salió. Ahora, con esta nueva gestión retomamos otra vez el tema”, declaraba.

El escenario en San Francisco

En la diócesis local hay opiniones encontradas entre los sacerdotes para la continuidad de esta iniciativa, aunque la mayor parte no querría seguir adelante debido al desafío que implica hacerlo así como está formulado.

Sergio Buenanueva, obispo de San Francisco en la actualidad, reconoció este escenario de análisis ante las consultas realizadas en el seno interno: “Hemos consultado al Consejo Presbiteral, al Consejo Diocesano de Pastoral y a las diferentes parroquias y he advertido en que se acompañarían proyectos más pequeños. De todos modos, las 200 casas (casi 400 en todo el departamento sumando a otras localidades) no se iban a hacer de una vez, sino de a poco. Ahora, cuáles proyectos se mantienen y cuáles se posponen, no lo sé. Algunas parroquias dijeron que no quieren hacerlo, otras sí, que se van a animar”.

Viviendas de Cáritas: está la tierra, pueden venir los fondos, pero dudan en ejecutar el plan

Sobre el plan de viviendas, el obispo sostuvo: “El proyecto es muy bueno, porque además atiende a un sector absolutamente vulnerable, familias y personas que de ninguna manera podrían construir su casa, incluso con los programas habituales que tampoco son tantos de parte del Estado”.

Buenanueva insistió en que para llevar adelante el plan de autoconstrucción de casas se necesitan recursos humanos para acompañar a las familias, lo que a su entender supone un “compromiso muy grande” de personas que quieran colaborar.

“Nosotros nos planteamos con mucha franqueza si estamos en condiciones de asumir estos proyectos. Me interesó que nos hiciéramos esta pregunta con mucha responsabilidad”, indicó el sacerdote, a lo que agregó: “De llegar a hacerlo sería en un ritmo más lento, con una cantidad menor de casas a construir. Pero no puedo decir sí se hará así”.

Infraestructura, un detalle no menor

Hace ocho años, el gobierno municipal de Martín Llaryora le donaba a Cáritas San Francisco estas tierras, con el compromiso de dotarla de servicios. Por lo que para que plan se active, también se necesita la participación del Gobierno local.

El de Cáritas no es un plan de viviendas como los estatales. A diferencia de esos, en este las familias aportan la mano de obra, por lo que son capacitadas para construir su casa. Todo acompañado por asistencia técnica de equipos conformados para tal fin. El “recurso humano” del que habla Buenanueva.

Cuando se conoció la donación del terreno y la posibilidad cierta de que se lleve adelante el proyecto, alrededor de 1500 personas se anotaron según registros del 2015, cuyos beneficiarios no saldrían de un sorteo sino del análisis socioeconómico realizado por trabajadores sociales.

En ese entonces, mientras en nuestra ciudad se permitía soñar con este plan, en la región ya se ejecutaba en localidades como Las Varillas, Las Varas y Laspiur. Entre las tres sumaban 97 casas.


Cáritas empuja: “Hay que buscarle la vuelta para hacerlo”

Desde Cáritas San Francisco la percepción es otra. Pese a que pertenecen a la Iglesia Católica, sostienen que el surgimiento de un plan habitacional para los más vulnerables, lo que evidentemente no abunda, es una oportunidad que no debería dejarse pasar.

Emilio Amé, su titular en la ciudad, indicó a El Periódico que el programa se sigue analizando con la intención de “buscarle la vuelta para poder hacerlo”. A ello agregó que esto implica internamente “tomar decisiones de fondo”.

“Ya van ocho años que se cedieron los terreros, no estaban estos sacerdotes ni el mismo obispo. Hay que analizar que las situaciones cambiaron, la realidad interna es otra, pero hay que buscarle la vuelta para poder hacerlo”, dijo Amé y lo fundamentó: “Como Cáritas nuestra principal función es tenderle la mano a quien más lo necesita, por eso hay que seguir agudizando el ingenio para poder tratar de lograrlo en algún momento”.

Viviendas de Cáritas: está la tierra, pueden venir los fondos, pero dudan en ejecutar el plan

Amé señaló que en caso de que no se pueda llevar adelante el plan, sería necesario analizar los pasos a seguir con el municipio: “Somos muy claros con los municipios, los terrenos los cedieron para este fin social. Pero si el municipio tiene otro programa de vivienda destinado al mismo beneficiario, claro que los terrenos están a disposición. Lo que más nos importa es que la gente que necesita el terreno tenga la posibilidad de tener la vivienda, con esa premisa todo es viable y posible. Si coincidimos en que lo más importante es ayudar a la persona que no tiene vivienda, que está en una situación compleja, entre todos le podemos dar la mano. Si es el Estado nacional, provincial o municipal, la Iglesia Católica o Evangelista no importa, el fin es poder brindar la posibilidad de que puedan levantar su casa”, afirmó.


Punto de vista

Sería un pecado no intentarlo

La Iglesia de San Francisco tiene una gran oportunidad: la de acercarse a los sectores populares y más vulnerables y paliar, aunque sea un poquito, el déficit habitacional actual.

Hacerlo le ayudaría a revertir al clero esa mirada que los pone lejos de los verdaderos problemas de la comunidad: el hambre, el desempleo y el hacinamiento, ya que numerosas familias conviven día a día en una vivienda a causa de la crisis económica.

Este escenario, lejos del centro, es un común denominador en la periferia y eso Cáritas lo sabe perfectamente. Por eso ayuda a combatir los problemas con las herramientas que tiene a mano y es loable lo que viene haciendo con su trabajo territorial, sobre todo en la pandemia. Quizás por eso su mensaje sea de empuje ante la necesidad de “buscarle la vuelta” a este desafío que implica la construcción de 200 viviendas.

Este escenario debería ser atendido por aquellos sacerdotes que tienen dudas sobre avanzar con este proyecto. En definitiva, de hacerlo, sería otorgarle dignidad a la gente. Caso contrario, sería un pecado -justamente para la Iglesia- no permitirse intentarlo.