Unas tres personas al mes llegan a Bomberos ante anillos atascados en sus dedos
La estadística, curiosa pero real. Se trata de un servicio más que llevan adelante desde la institución, que para ello cuenta con un especialista. Conocé el procedimiento.
Numerosos son los casos de personas que se acercan a Bomberos Voluntarios por accidentes con anillos. En lo que va del año fueron ya 25 los atendidos por los voluntarios. Al cuartel llegan un promedio de tres personas por mes pidiendo ayuda para liberar un dedo con hinchazón.
Varios son los sucesos en que las alhajas resultan ser un problema, sobre todo cuando es necesario quitarlos y están atorados en los dedos. En la mayor parte de las ocasiones, los daños ocurrieron en ambientes laborales. Las causas de que este adorno se atore son variadas y pueden deberse a un aumento graduado de peso, alergias producidas por el metal o incidentes donde la sortija se enganchó en algún lugar.
Otras de las razones por las que puede darse son en casos de embarazo, por síntomas propios del estado o en situaciones posparto. Las personas que sufren de artritis reumatoidea son más de las que requieren el servicio, como asimismo los individuos que padecen de enfermedades o síndromes relacionados con la hinchazón de manos.
Experto en liberar los dedos
En el cuartel, por pura coincidencia tal vez, el Cabo 1° Leonardo Cabral es el que más cortes de anillos ha realizado desde que la institución cuenta con un mini torno y disco de corte destinado para esta tarea.
Además de su oficio como bombero, Cabral es paramédico y recuerda anecdóticamente los distintos sucesos en los que tuvo que extraer alhajas. “La mayoría de los que se acercan a cortarse los anillos son mujeres y sobre todo se trata de adolescentes, adultos y adultos mayores. También los hombres acuden, pero en menor medida. Algunos llegan nerviosos y con susto”, comentó.
Además, el profesional dijo que la tarea generalmente “no lleva más de 10 minutos” y que aproximadamente hace dos años la Sociedad de Bomberos Voluntarios dio de alta este servicio.
Antes de realizar el corte del metal y la extracción, Cabral les juega una broma a cada una de las personas que se acercan para distender la situación. “Simulo no tener pulso o les digo que ese día mi visión no está en las mejores condiciones, de esta manera entre risas se produce una relajación que hace más ameno el trabajo”, informó.
Sugerencias
Desde el Cuerpo Activo brindaron algunas recomendaciones para antes de pedir ayuda: probar si el anillo puede liberarse por sí solo. Para eso, se sugiere poner la mano en agua fría por algunos minutos, elevarla por algunos minutos o utilizar algún lubricante. Además, los voluntarios remarcan que, para mayor seguridad es aconsejable analizar la actividad que se realiza y los posibles riesgos que conlleva para retirar de manera previa los accesorios de los dedos.