La semana pasada, Adriana Almada fue noticia por salvarle la vida al pequeño Jordán, luego de que el niño se atragantara con el cierre de su campera cuando estaba almorzando en el comedor Paicor de la escuela Julio A. Roca de San Francisco.

Adriana y el pequeño se reencontraron y se tomaron una foto emotiva ya con otro ánimo y a sabiendas de que ese lazo se transformó para siempre.

“Es fundamental aprender las maniobras de primeros auxilios, RCP, yo hice el curso años atrás por mis hijos pero nunca pensé que iba a tener que usarlo en el trabajo”, había dicho a El Periódico Adriana Almada (40), la heroína de esta historia.

El jueves 9 de septiembre de 2021 será un día que jamás olvidarán Adriana y la familia del menor, un pequeño de 4 años que asiste al jardín de la entidad educativa y que mientras estaba almorzando en el comedor Paicor se atragantó con un objeto y estuvo al borde de la muerte.

Sin embargo, las manos de Adriana lo auxiliaron en esos segundos de extrema desesperación.

“Siempre digo que el día jueves me va a marcar para siempre, porque si bien hice cursos de RCP, nunca pensé que lo iba a tener que utilizar y mucho menos aplicarlo en una criatura tan chiquita”, mencionó emocionada la mujer que reside en Frontera.

El Periódico

El momento 

“Ese día los chicos entraron a las 13:30 al comedor, comían albóndigas con puré; yo le corto toda la comida a los chiquitos”, relató Adriana, quien describió cómo fue el dramático momento: “En un momento Jordán gira la cabecita, me mira y se va para atrás, cayendo al piso y golpeando su cabeza. Ya estaba desvanecido cuando cayó al suelo”.

La mujer comentó que se arrimaron rápidamente con la directora y lo llevaron cerca de la puerta para que tuviese un poco de aire, pero el niño estaba inconsciente y no respiraba.

“Marcela (por la directora) me dijo hacé RCP Adriana, y salió corriendo a la dirección para llamar al servicio de emergencias”, expresó, recordando que en ese momento decidió empezar a aplicar las maniobras de primeros auxilios.

“Lo levanté, lo paré al frente mío y le empecé aplicar las maniobras Heimlich. Le hice seis comprensiones abdominales y en la última expulsó algo. Me llamó la atención porque era algo brilloso”, dijo la mujer a lo que agregó que pensaron que el niño se había ahogado con comida pero en realidad se había tragado la traba del cierre de la campera que tenía puesta.

“Se ve que en algún momento jugando se lo puso en la boca. Como estaba de espalda no lo vimos”, reconoció la mujer que ingresó en 2016 a la empresa Nutrición Profesional y se encarga de brindar el servicio de la comida de Paicor.

El llanto de la vida

Jordán estuvo a muy poco de ahogarse si no hubiese sido por la rápida intervención de Adriana. Incluso personal del servicio de emergencias le recomendó a la directora que asistan al niño porque ellos no iban a llegar a tiempo.


“Cuando el chico expulsa el objeto, aflojó su cuerpito y pegó un grito de llanto. Ahí me volvió el alma al cuerpo y vi que volvió a respirar”, recordó emocionada Almada.

Afortunadamente y gracias a la intervención de la mujer, el pequeño se recuperó rápidamente. Lo observaron los profesionales médicos y su estado de salud era bueno; aunque le hicieron algunos estudios no fue necesario internarlo.

Más que nunca: “El RCP salva vidas”

Frases repetidas pero que no pierden vigencia e importancia difundirlas. Adriana participó años atrás de un curso de Primeros Auxilios que organiza la Asociación Civil Kevin RCP de San Francisco con el objetivo de estar preparada ante un evento desesperante con alguno de sus hijos.

También la empresa en la que se desempeña, Nutrición Profesional, les brinda capacitaciones de forma permanente y entre ellas maniobras de primeros auxilios.

“Si bien tengo el curso hecho, jamás pensé que tendría que utilizarlo y no haberme abatatado porque quizás para él habría sido tarde”, dijo.

Adriana tiene dos hijos, Maira de 14 y Santino de 9 años. Por ellos decidió hacer el curso que brindaba Kevin RCP en el Teatrillo Municipal unos 4 años atrás. “Dios me eligió para que utilizara ese aprendizaje en ese momento”, agradeció.

Agradecimiento eterno

Al día siguiente, cuando Adriana llevó la leche al jardín pidió de ver al pequeño para saber cómo se encontraba. “Estaba sentadito lo más tranquilo, comiendo su bizcocho como si nada hubiese pasado”, comentó entre risas.

Mientras el lunes pasado, la mujer tuvo una linda sorpresa, dado que la madre del pequeño llegó a la escuela para agradecerle.

“La mamá lloraba y yo también porque fue un momento muy emotivo. Tal vez no tomamos conciencia de que si no sabía hacer primeros auxilios otra era la historia. Que la gente se anime hacer el curso porque con las manos salvás vidas”, destacó.