Sobre unas hojas, tapado con pasto y dormido encontraron a Bautista Gago, el bebé de dos años que se había perdido en una zona rural entre las sierras de Tandil.

El operativo de búsqueda incluyó a 150 agentes y un helicóptero. Pero fue León, un labrador de tres años, el que lo halló al costado de una tranquera, a 1.500 metros del lugar donde fue visto por última vez y tras 17 horas de rastrillaje.

"Fue desesperante, no se lo deseo a nadie", dijo Valeria Canale, la mamá de Bautista, según consignó Clarín.com.

El sábado, la mujer fue con sus tres hijos –Gonzalo, de 11 años, Sabrina, de 9 y Bautista– a pasar la tarde a la estancia Ayerza, donde vive la madrina del bebé. Llegaron cerca de las 12, la tarde era espléndida.

"Mis hijos y los de mi amiga estaban jugando. Cuando se hizo la hora de irnos, Bauti no aparecía por ningún lado", repasa Valeria sobre las horas de la tarde del sábado.

El andador que usaba el nene apareció a unos metros del lugar donde jugaban, pero el nene no. Después de dos horas de búsqueda por la periferia del casco de la estancia, llamaron a la Policía.

Cayó la noche y los 40 agentes que trabajaban en la zona se multiplicaron a la madrugada: llegaron a ser 150 entre personal de Infantería, Caballería, Bomberos, Defensa Civil, y los perros y guías de la división Canes de la Bonaerense.

Pese a que usaron el helicóptero, "Bauti" y la preocupación por que hubiera caído en algún pantano o fuera víctima de chimangos, comadrejas crecía.

A las 11 del domingo León cambió de actitud: de la búsqueda silenciosa, pasó al ladrido. El perro y su guía estaban a 1.500 metros del casco.

El adiestrador lo soltó, y el perro se paró muy cerca de la tranquera que separa el terreno de la madrina del nene con el del vecino.

"León sentía un olor que le llamaba la atención. Teníamos el viento de espalda, y como él trabaja adelante mío lo dejé ir", dijo.

"Veo que empieza a dar círculos en un lugar y estando a unos dos metros porque no se lo veía diviso los piecitos de la criatura", contó.

"Cuando León me vio cerca efectuó el ladrido, pero el nene no se movía. Después se despertó y quería abrazarlo", añadió.

El adiestrador dijo que alzó a Bautista mientras el perro los acompañaba saltando de alegría.

"Quería llamar a la gente porque estaban como a 500 metros pero no me salían las palabras", se quebró.