El 30 por ciento de los 467 beneficiarios de los módulos alimentarios que Cáritas y Red Solidaria entregaron en el mes de junio, uno de los más duros de la cuarentena ya que en muchas viviendas el sostén familiar quedó sin trabajo o no pudo desarrollar sus actividades, eran menores de 16 años.

Además, un cuarto de ellos convivía –seguramente lo sigue haciendo- en un hogar con siete personas. Hay casos, en tanto, donde no tenían un baño habilitado ni agua corriente. Asimismo, un 10 por ciento de ellos tampoco tenía disponible conexión a internet, clave en tiempos donde no hubo clases presenciales por lo que educarse se volvió una complicación para estos niños y adolescentes.

Un año donde creció la pobreza en San Francisco, lo que fue advertido por Unicef

Cáritas Diocesana San Francisco difundió a mediados de año este relevamiento que tuvo como objetivo acercarles una idea sobre cómo se encuentra la gente a la que llegan con alimentos: “Nos marca el camino para saber dónde tenemos que profundizar y poder cambiar una situación”, destacaba Emilio Amé, al frente de la entidad religiosa.

Además del trabajo social de Cáritas -apoyado por el de Red Solidaria-, varios merenderos, comedores comunitarios y hasta simples ollas populares llevaron adelante la difícil tarea de calmar el hambre en los barrios.

Gonzalo Giuliano Albo, voluntario social e integrante del merendero La Amistad (Frontera), en una entrevista con El Periódico destacó a los espacios que ya estaban o que nacieron para brindarle un plato de comida a los sectores vulnerables, al tiempo que cuestionó a los gobiernos municipales de San Francisco y Frontera en su rol dentro de un contexto de crisis económica y sanitaria: “No hay ayuda presupuestada para esos espacios comunitarios de alimentación o contención, no hay padrones ni registros de usuarios, no hay condiciones habitacionales decentes donde ejercerlas. Pero estos igual existen y se multiplican”, detallaba y los definía: “Desprolijos e improvisados, faltos de todo, tienen opacas sus ollas pero brillante su dignidad de autodefensa y supervivencia, atendiendo siempre al vecino en desgracia”.

La advertencia de Unicef para la ciudad

Durante el mes de agosto, un enviado de Unicef Argentina llegó a nuestra ciudad por medio de Cáritas, con el objetivo de relevar la situación social en barrios vulnerables. La preocupación mayor que se llevó el promotor español que arribó a la pampa gringa es la imposibilidad que tenían muchas familias de nuestra ciudad y también Frontera, de asegurar dos comidas diarias y sustanciosas para sus hijos.

Otro indicador detectado fue que las verduras y frutas dentro de la alimentación se daban en “contadas” situaciones. Asimismo, el plato de comida que falta proviene de comedores comunitarios y merenderos, que encima pasaron a vivir una situación difícil porque les aumentó de un momento a otro y en forma considerable la demanda, pero no las donaciones.

Todo este escenario, que para Unicef no dista de realidades que se observan en las villas del conurbano bonaerense, se da dentro de la patria sojera argentina: se da en San Francisco.

Entre las conclusiones a las que arribó el enviado de Unicef, dijo evidenciar que la realidad en los sectores relevados de San Francisco y Frontera es “de una vulnerabilidad muy profunda, donde se han destruido los ejes centrales del desarrollo, del crecimiento y la igualdad, en la mayoría de las veces debido al ambiente de narcotráfico y las adicciones”.

En este sentido, uno de los pedidos que hizo Unicef ante este panorama fue que se realice un relevamiento censal en cada comedor o merendero con el propósito de identificar a los niños y niñas menores de 2 años, en lo posible, diferenciando alimentos y productos de higiene a disposición.


La pobreza en el país

La pobreza en la Argentina alcanzó al 44,2% de la población durante el tercer trimestre del año, según la última medición del Observatorio de Deuda Social de la UCA. Se trata del dato más alto de la década, aunque fue morigerado por la asistencia que brinda el Estado Nacional durante la crisis sanitaria producto de la pandemia de coronavirus.

La indigencia también mostró un salto y en el tercer trimestre del año marcando 10,1% por encima del 8,9% de 2019.


Un 50% más que en 2019

Hasta octubre, Cáritas San Francisco entregaba 200 módulos alimentarios mensuales y en el comedor repartía 170 meriendas diarias, un 50 % más que hace un año.