Desde 2012, los trabajadores sociales de todo el país conmemoran su compromiso con la profesión cada 10 de diciembre, que coincide con el Día Universal de los Derechos Humanos. El trabajo social es una disciplina académica con título de grado que promueve el desarrollo y la cohesión social mediante un conjunto de herramientas y acciones socioeducativas para luchar contra la desigualdad e impulsar el desarrollo de las personas en situación de vulnerabilidad.

Y en este año de pandemia, los profesionales de esta rama tuvieron exigencias mayores a las comunes, aunque sostienen no estar siendo reconocidos como merecen.

Según datos del Colegio de Profesionales en Servicio Social de la Provincia de Córdoba, Delegación San Francisco, en el departamento San Justo hay unos 150 trabajadores sociales, residiendo la mitad aproximadamente en nuestra ciudad. En base a una encuesta que realizaron en 2019, sólo un 35% de estos se encuentra en relación de dependencia y estable; el resto cuenta con monotributos, becas y contratos. Este escenario provoca que el cambio de espacios laborales sea habitual.

Andrea Rossi, delegada del colegio y docente adjunta de Psicología Institucional en UCES San Francisco, afirmó que el trabajo en su profesión “viene siendo muy requerido, con muchas exigencias, aunque con escaso reconocimiento económico y simbólico. Muchas veces, la remuneración está sumamente devaluada en relación a compañeros/as de trabajo de otras profesiones, e implica mayor carga horaria en espacios institucionales, asistiendo a domicilios, con demandas telefónicas constantes, con uso de teléfonos y computadoras propias como medios de trabajo, fundamentales en la actualidad”, marcó.

Al realizar un balance del año, Rossi sostuvo: “Este año se avanzó en la incorporación al registro de prestadores en Salud y se continúa exigiendo la incorporación de la profesión al grupo ocupacional 1, la mejora de las condiciones laborales de las residencias, la apertura de concursos públicos y muchas otras luchas que continuaremos apoyando, sin desconocer también todo lo construido y avanzado hasta el momento”.

Tejer redes

Para Corina Bosio, quien se desempeña en la Municipalidad de Colonia Vignaud, el trabajo social tiene el conocimiento de indicadores sociales, culturales, económicos, en diversos planos (individual, familiar, comunitario) para leer las vulneraciones que afectan a cada situación en particular.

“El Trabajo social teje redes entre las instituciones locales, entre referentes barriales, espacios de autogestión, entre vecinos para repensar estrategias de supervivencia de familias afectadas por la crisis económica que genera este tipo de crisis sanitaria. En contexto de pandemia, el trabajo territorial se abordó desde las necesidades emergentes, se repensaron nuevas formas y estrategias de intervención para lograr canales de comunicación para el abordaje de problemáticas que atraviesan familias, intentando reconocer las formas de reinventarse de cada comunidad, acompañando e intentando fortalecer desde los diferentes espacios de trabajo”, analizó.

En este sentido, Rossi detalló que existen trabajadores sociales en cada municipio, en el Hospital, en muchos centros de salud, en espacios educativos y vinculados a la Justicia: “Tenemos una formación muy amplia en la lectura de la vida cotidiana y tomamos aportes de muchas disciplinas como la antropología, la sociología, la psicología, la economía, que nos permiten desarrollar un habitus de trabajo en equipo, de diálogo de saberes, de articulación intersectorial que es fundamental en cualquier contexto de emergencia”.

Mirada que clarifica

Para Noelia Balari, Integrante del equipo interdisciplinario de la Comunidad Terapéutica ‘Mariano Planells’ y de la Asociación Nazareth, la presencia del trabajador social en un equipo de trabajo aporta “una mirada que clarifica acerca de lo complejo que resulta para los usuarios sumar a las condiciones ya existentes de vulnerabilidad, de inequidad, de injusticia social de los usuarios de los servicios, las problemáticas asociadas a la pandemia”.

En 2014, cabe recordar, fue promulgada la ley Federal de Trabajo Social Ley 27.072, que establece el marco para el ejercicio profesional y las condiciones en lo que hace a la formación, competencias, derechos y obligaciones para el ejercicio profesional. Esto –aseguran las profesionales- fue una conquista, resultado de años de lucha del colectivo profesional, por jerarquizar y revalorizar la profesión.

“Creo que nos venimos desafiando para resignificar nuestras intervenciones, buscando sostener e impulsar  procesos de construcción de la salud de manera comunitaria, desde una perspectiva de derechos”, completó Balari.

En ese sentido opinó Astrid Clausen, integrante del Equipo interdisciplinario del Polo de la Mujer y de Fundación Infantia: “Es habitual que nos demanden nuestra intervención cuando las papas queman y es ahí cuando desplegamos un arsenal de estrategias, recursos, y redes que hemos ido construyendo en el andar, y que son el puntapié inicial para garantizar el acceso a derechos”.

Sobre este año puntualmente, Clausen manifestó: “Estamos viviendo un momento bisagra, de rupturas y construcción de nuevas maneras de hacer. El desafío es inmenso, y esperamos aportar a cambios estructurales que permitan ubicar siempre a las personas como sujetos de derechos y trabajar en pos de su accesibilidad y autonomía”.

Logros

Camila Zénere, integrante del Equipo Técnico de la Residencia Infanto Juvenil y del Equipo del Internado de la Clínica Privada de Psiquiatría, comentó los logros del colegio durante 2020: “Concretamos la contratación de Araceli Acosta como secretaria, lo que consideramos un gran avance en cuanto a la garantía de derechos de la población trans en la ciudad, quién se incorporó rápidamente al equipo y fue fundamental para sobrellevar todo el manejo institucional de este tiempo, de manera responsable y con una gran capacidad autodidacta”.

También, tanto desde el Colegio de Profesionales como desde el Servicio Social del Hospital, como resultado de construcciones colectivas, se actualizaron recurseros regionales fundamentales para una adecuada articulación de la red interinstitucional durante estos meses. "Es decir, esto de saber quién está en cada lugar, qué hace, cómo contactarse y para qué", aclaró.

Actividades

Desde el Colegio invitar a la población a participar de las Jornadas por el Derecho a la Salud Mental organizadas con UCES, el Colegio de Psicólogos, la R.I.Sa.M. y el Colectivo por el Derecho a la Salud Mental a nivel local. Las actividades son abiertas, gratuitas, cuentan con certificación y pueden acceder al link de meet de cada día en las redes de estas instituciones.

Este viernes 11, a las 18, se realizará una actividad sobre autoagresiones e intentos de suicidio y luego continuará el sábado 12, a las 10, culminando con un cierre artístico con participación de las murgas locales.