Ya hace bastante tiempo que el tattoo y el piercing dejaron de ser tabú para transformarse en una tendencia cada vez más aceptada en la sociedad y tras los meses de pandemia, según contó el tatuador Enri Correa (Eternal Life), en San Francisco hubo un “boom”.

“Pensábamos que la gente no iba a tener dinero, que iba a cuidar el bolsillo y nos preparábamos para una etapa complicada, pero fue todo lo contrario ya que tuvimos el doble de trabajo. Al no poder viajar, ir a los boliches, creo que hubo muchos jóvenes que gastaron ese dinero ahorrado y aprovecharon el momento para tatuarse”, explicó en diálogo con El Periódico.

Correa explicó que la temporada alta se da en verano, pero en esta oportunidad comenzó antes: “El problema que surgió fue que trabajamos con cosas importadas, si el dólar subía teníamos que ver que hacíamos porque dábamos un turno a tres semanas y ya subía el dólar, ese presupuesto había que actualizarlo”, señaló.

Animes, dibujos animados, sombras y realismo

“La gente se liberó mucho, quizá antes pensaban un poco más en hacerse un tatuaje de animes o dibujos como Dragon Ball Z y los dibujos que se veían cuando éramos chicos. Eso se utilizaba mucho en otros países y siempre fueron tendencia, pero acá no era así, siempre se usó mucho la frase, el nombre. Pero ahora se animan más a hacerse cosas con color, se abrió un poco más la mente y la gente ya no piensa tanto en el qué dirán”, contó el tatuador.

Esta tendencia también es un aliciente para el trabajo artístico que lleva adelante, les da más libertades para trabajar en el diseño, salir de lo clásico y poder usar más colores, sombras y realismo.

Tatuajes: los jóvenes se animan a ponerle más color al cuerpo

“La gente se cuidaba mucho donde se tatuaba y donde se colocaba los aros también, ahora ha cambiado totalmente. El tema del piercing fue mucho más marcado. Más que nada en los jóvenes”, indicó Correa.

Y agregó. “En nuestro caso, cuando son menores tienen que venir con el padre o madre y no sé qué habrá pasado en sus casas, pero es como que los chicos ya vienen directamente con los padres pidiendo cosas que antes quizás no los dejaban; hoy buscan ser más libres y ya no es un tabú el tatuaje”, afirmó.

Con respecto al piercing, Correa señaló que los pedidos se centran en las orejas y el obligo, que nunca pasa de moda. Además existe una tendencia muy popular que es el microdermal que consiste en una pieza de titanio que se introduce dentro de la piel y por fuera de ella sobresale un abalorio decorativo.

Tatuajes: los jóvenes se animan a ponerle más color al cuerpo

Una apuesta a la higiene y la seguridad

Correa contó que cuando decidió abrir su local apuntó a cambiar el estilo clásico de los locales de tatuajes o piercing con el objetivo de abrir el mercado a todos los sectores de la sociedad y crear un ambiente cómodo y agradable para todos.

“Antes los locales de tatuajes eran otra cosa, eran lugares oscuros donde se podía tomar alcohol, fumar y se escuchaba música fuerte. Pero hay gente a la que no le gustaba eso o le tenía miedo, entontes decidimos apuntar a la higiene y la seguridad para que pueda venir todo el mundo y no solo un círculo de personas cerrado. Eso fue muy importante y lo vemos todos los días”, explicó.

También contó que ahora “viene mucha gente que antes quizás nunca se hubiera acercado a un local. Acá no se puede fumar, no se puede tomar alcohol ni venir alcoholizado, le abrimos la puerta a la gente que quizás tenía miedo de llevar a su hijo a un local de tatuajes, principalmente en esta ciudad”.

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