En el marco de la Semana Santa, el obispo diocesano de San Francisco, Sergio Buenanueva, compartió su mirada pastoral sobre este tiempo litúrgico, cargado de simbolismo y vivencias profundas dentro de la comunidad católica. 

En diálogo con La Mañana de El Periódico, invitó a vivir intensamente cada celebración y a dejarse tocar por el mensaje central de la Pascua: la esperanza en Cristo resucitado.

“Las celebraciones son para vivirlas intensamente. Son ricas en ritos, en textos, en símbolos. Hay que dejarse llevar por la liturgia, porque ahí se experimenta a Jesucristo, muerto y resucitado”, expresó el obispo. También compartió su emoción por cada gesto pascual, como besar la cruz el Viernes Santo o encender el cirio en la Vigilia.

Con doce años al frente de la diócesis, Buenanueva relató que siempre alterna las celebraciones entre la Catedral y comunidades más pequeñas del interior. Sin embargo, recordó el año pasado que por dengue quedó fuera de las actividades por primera vez.

“Fue un dolor en el alma. Uno acompaña la fe del pueblo, en parroquias grandes y en grupos pequeños. Y eso alimenta también mi propia fe como pastor”, contó.

Consultado sobre qué mensaje debe resonar en este tiempo pascual, Buenanueva fue claro: “Esperanza. Cristo es nuestra esperanza”. Y agregó: “No se trata sólo de la esperanza en la vida eterna, sino también de una luz que ilumina las oscuridades de la vida humana”.

Semana Santa: la reflexión de nuestro obispo

El obispo mencionó especialmente el drama de las adicciones, al que calificó como “la gran pandemia de nuestro tiempo”. Relató que, en las confesiones, muchas personas no sólo comparten pecados, sino sufrimientos profundos: “Uno trata ahí de encender un poquito la luz de la esperanza”.

Objeción de conciencia y aborto: un pronunciamiento firme

En los últimos días, el obispo también se expresó públicamente en relación a un caso de aborto en San Francisco, donde una mujer fue abusada y se interrumpió un embarazo de 32 semanas. El caso generó fuerte conmoción local y nacional.

“Fue un embarazo viable, y hay mucho dolor entre quienes estuvieron cerca”, dijo. En ese contexto, defendió el derecho a la objeción de conciencia, especialmente entre el personal de salud: “Es un derecho humano fundamental que debe ser respetado. Hay quienes no pueden participar de una práctica que contradice sus valores más profundos”.

Buenanueva reconoció la gravedad de los casos de violación, pero insistió en que “el aborto, aun siendo legal, es una gran injusticia que hiere la dignidad de todos”.

Nuevos ministerios rumbo al diaconado permanente

Por otra parte, el próximo 11 de mayo, en la Catedral, varios varones de la diócesis recibirán los ministerios del lectorado y acolitado como parte del camino hacia el diaconado permanente. Se trata de un hito importante para la comunidad, impulsado en los últimos años por la diócesis.

Sobre ello, el obispo explicó: “El diaconado permanente es una vocación hermosa. Son hombres casados, con hijos, incluso nietos, que se preparan para servir en la Iglesia”.

Actualmente, nueve varones están culminando esta primera etapa formativa, y ya hay otro grupo en discernimiento. “La formación incluye acompañamiento espiritual, experiencia pastoral y capacitación teológica. Queremos que todos los años podamos ordenar nuevos diáconos”, adelantó.

Buenanueva destacó que la misión principal del diácono es el servicio. “Diácono significa servidor. Están especialmente comprometidos con la caridad y con los pobres. También pueden celebrar bautismos, matrimonios, exequias, y predicar el Evangelio”.

El proceso de formación es acompañado por la Escuela San Francisco de Asís, con dirección del padre Mario Ludueña y un equipo de sacerdotes y laicos. Además, la diócesis aprovecha la creciente oferta de formación online, como la de la diócesis de Mar del Plata.

Un llamado a volver a la fe

Para cerrar, el obispo dejó un mensaje especialmente dirigido a quienes están alejados de la fe o atraviesan momentos difíciles: “Los invito a acercarse a Jesucristo. A veces hay heridas, pruebas que alejan, pero participar de las celebraciones puede reencender la fe y dar esa fuerza grande que viene de la palabra de Dios y de la comunidad”.

Y concluyó con un deseo sencillo y profundo: “Felices Pascuas para todos”.