Este mes, Bomberos Voluntarios de San Francisco celebra los 13 años de funcionamiento del Destacamento Roque A. Delgado, un espacio que no solo refleja la vocación de servicio de sus miembros, sino que también representa el fruto de una visión colectiva convertida en realidad. Durante la mañana del 29 de abril, se realizará el tradicional acto frente al edificio.

El destacamento fue pensado como una respuesta concreta a una necesidad urgente: dotar al sector oeste de la ciudad y al Parque Industrial de una base operativa que garantizara atención rápida y eficaz ante cualquier emergencia. La iniciativa comenzó en el año 2007, cuando la institución presentó el proyecto a distintos candidatos a la intendencia, convencida de que era el camino correcto para fortalecer la red operativa de bomberos en San Francisco.

Ese convencimiento encontró eco en 2011, cuando el entonces intendente Martín Llaryora, en el marco del 74º aniversario institucional, otorgó un subsidio que permitió dar inicio a la construcción.

De los planos al servicio

Con ese respaldo, un grupo de bomberos entusiastas —acompañados por la visión y el asesoramiento técnico del arquitecto Roberto Ronconi— comenzó a trabajar. Y en poco tiempo, ese sueño se convirtió en un edificio funcional, con espacios listos para ponerse al servicio de la comunidad.

Pero faltaba algo: una identidad. Fue entonces, por propuesta de la Jefatura del Cuerpo y con el voto unánime de la comisión directiva, que se decidió el nombre que lo distinguiría: Destacamento Roque A. Delgado.

Un nombre con historia

¿Quién fue Roque A. Delgado? Un hombre que encarnó con humildad y entrega el espíritu del bombero voluntario. Nacido en Tránsito en 1935, se sumó al cuartel de San Francisco en febrero de 1957. Sirvió con compromiso durante más de tres décadas, alcanzando el grado de Sub Oficial Principal en junio de 1990, y dejando una huella imborrable en todos quienes lo conocieron.

Roque fue compañero, guía, referente. Su presencia cotidiana, su cercanía con los más jóvenes y su modo sencillo de enseñar lo convirtieron en una figura entrañable. Por eso, el 29 de abril de 2012, durante el acto inaugural, se le entregó simbólicamente la llave del edificio, en un gesto que fue mucho más que una ceremonia: fue un homenaje en vida.

Roque falleció el 19 de mayo de 2013, pero alcanzó a celebrar el primer aniversario del destacamento que lleva su nombre. Su legado sigue vivo en cada guardia, en cada intervención, en cada nuevo integrante que se suma al equipo.