Una hermosa lechuza de campanario herida en una de sus alas fue rescatada por un joven en San Francisco y ahora pasa sus días al cuidado de una nueva familia mientras es atendida por el veterinario Roberto Ferrero.

Gustavo Pogliano trabaja en la Escuela de Verano del Sport Automóvil Club y hace unos diez días, mientras organizaba unos juegos para los más chiquitos, una enorme lechuza salió de un tronco y asustó a los más pequeños. El joven se dio cuenta que el ave estaba herida y no dudó en rescatarla, buscó un tacho de plástico para atraparla y así la llevó al veterinario.

“Al principio a mi mamá no le gustó mucho la idea, pero la convencí diciéndole que va a ser hasta que se cure. Suponemos que la hirieron con un rifle o una gomera, tenía todo el hueso del ala salido y tuvo que ser operada”, contó Gustavo.

Gustavo sostuvo que no había visto muchas aves de su especie (Tyto alba) y que durante los primeros días tuvo que alimentarla con una jeringa y realizarle las curaciones en su ala derecha.

Animal nocturno

Gustavo mantiene al ave en una amplia jaula cubierta con mantas durante el día, ya que son aves nocturnas y durante la noche la deja andar por el patio de la vivienda.

Este animal se alimenta principalmente de pequeños roedores, especialmente de ratones, aunque también caza pequeños pájaros, insectos y reptiles.

Con su ala rota es muy difícil que la lechuza vuelva a volar aunque todavía se analizan opciones con el veterinario, mientras tanto el joven la cuida con suma dedicación y cariño.