Sobre la Catedral de San Francisco se puede hablar largo y tendido con el arquitecto Rafael Macchieraldo y siempre encontrarse con sorpresas.

Así lo había anticipado antes de realizar la nota. En este sentido, explicó el rol que cumple una habitación ubicada a la izquierda del ingreso a la Catedral llamada “matroneo”.

“Ese espacio se diseñó para que allí puedan ir las madres con sus hijos pequeños que pueden llorar y gritar pero que no van a molestar al auditorio. Y desde ahí pueden seguir la misa y escucharla normalmente, ese es un detalle que no es habitual en otros tempos”, confíó

Luego, hizo referencia a la importancia del entrepiso y la sorprendente cantidad de gente que puede albergar. “En el entrepiso hay lugar para 400 personas, lo cual hace que de las 220 personas que podían asistir a misa en la vieja Catedral, que era aparatosa pero muy pequeña, en este nuevo tempo pueden ingresar 1000 feligreses abajo, 400 arriba y hasta podría haber 1000 personas más de pie perfectamente ubicadas dentro de los 10 paños de bancos”.

Otros detalles desconocidos de la “nueva” Catedral

¿Símbolos masones?

En distintas construcciones antiguas de San Francisco, incluso en mausoleos del cementerio, se detectan figuras arquitectónicas que para muchos tienen un significado de origen masón, aquella logia secreta surgida en Europa y que tendría sus ramificaciones en todo el mundo.

“Símbolos masónicos acá no hay ninguno, te lo aseguro-niega el arquitecto- y tengo conocimiento de la temática. Hay muchos símbolos que son utilizados en arquitectura que uno podría decir que son masones. Pero acá adentro, da toda la vuelta que quieras no vas a encontrar ningún símbolo masón, porque la masonería y la religión son dos cosas totalmente separadas”.

Luego describe que en los vitrales, realizado por una tradicional firma llamada Estruch-y donde se observan algunos dibujos que podrían llamar a especulación simbólica-, se observan, en el paño central cuatro escudos: de la ciudad de San Francisco, del obispado, del Papa Juan Pablo II y la orden de los Franciscanos. “Los demás representan las letanías de la virgen, que fueron diseñados por los realizadores de los vitrales”, sostiene.

La cripta para sacerdotes y el espacio para las cenizas de los fallecidos.
La cripta para sacerdotes y el espacio para las cenizas de los fallecidos.

La tumba del fundador

En los primeros años de trabajo en la obra Macchieraldo recuerda el singular hallazgo de la tumba del fundador de San Francisco, José Bernardo Iturraspe, que habían sido depositados en la vieja Iglesia que todavía no tenía el grado de Catedral.

“Una de las primeras anécdotas de los primeros años es que aquí estuvo sepultado José Bernardo Iturraspe. Se estaba comenzando el proyecto para el monumento que está sobre Libertador Norte y ubicamos con mucha sorpresa donde estaba sepultado. Cuando descubrimos el ataúd, Iturraspe estaba perfectamente conservado pero antes de poder sacarle una foto alguien que lo tocó con una ramita y se desmanteló todo, y perdimos la ocasión de tener una visión de Iturraspe después de 60 años muerto”, reveló.