San Francisco fue fundado el 9 de septiembre de 1886, y desde esa fecha hasta mediados del siglo XX, su población se fue incrementando incesantemente con el arribo de inmigrantes italianos provenientes, en su gran mayoría, del Piamonte. 

Hoy, muchos tienen la posibilidad de escuchar a abuelos, tíos o los mismos padres decir algunas palabras en este lenguaje formado a su vez por distintas fuentes que lo enriquecen como lo son el francés, el latín, el italiano y el español.

Pero no son muchos, por eso para que la tradición no se pierda El Periódico te enseña algunas frases y palabras para que te sumes a la conversación.

Para romper el hielo en la conversación lo primero que podés hacer es saludar con un “bunasera”(bun-asera) si es por la tarde. Como se dice en italiano, aunque en este caso la u se acentúa bastante.

También podés invitar a tu abuelo o abuela a tomar un café. Para eso decile: “Andumapie´ncafë(la ë se pronuncia abierta).

Por ahí tenés que apurarlos y para eso te viene perfecto tirarles: “Pilés que empresa”, que significa “hacer rápidamente las cosas”.

Si te hablan de algún rumor que te involucra y es mentira, vas a poder zafar indicando: “Tutte vale”que significa “son todas tonterías”.

Cuando te cansen con algo acordate de decir “piantla li”que significa “terminala”.

Después hay algunas frases cotidianas que te pueden servir en la conversación. Entre ellas “puiarpatá”(piojo resucitado) o palabras para describir a los demás como: “ferfui”(inquieto), “badola”(tonto), “farinel”(vivo), o pedirle a alguien “fatefiurb”que quiere decir avivate.

Un taller para aprender piamontés

Desde 2009, el Laboratorio de Lenguas Municipal, a cargo de la profesora Sara Juárez, ofrece un Taller de Conversación en Piamontés. Lo dicta el profesor en Letras, Gramática, Literatura y Latín, Avelino Sufía.

“Si no conocés un poco el piamontés te cuesta mucho escribirlo o pronunciarlo de tal forma. La gente cree que es parecido al italiano pero nada que ver, es parecido al francés”, indicó el docente.

El taller empezó con 8 alumnos, sin embargo hoy son aproximadamente 25 personas las que asisten semanalmente a conversar. “Los alumnos van de los 30 a los 80 y pico de años.La mayor parte son los nostálgicos, que recuerdan esa épocas y esas charlas en piamontés”, explicó Sufía.

El docente contó que de chico, tanto a él como a otros de descendencia piamontesa, no los dejaban usar esta lengua: “En la escuela te cargaban los compañeros si decías algo en piamontés”.

Luego Sufía se refirió al taller: “La gente dice que viene a hacer terapia; se monta una especie de ficción, la gente se ríe y la pasa bien. El piamontés es gracioso, siempre se le pone una pizca de buen humor”, consideró.