En medida de protesta, Mónica Favaz (50) se encadenó con un candado para motocicleta a una silla en el hall de ingreso a la Unidad de Terapia Intensiva (UTI) del Hospital Iturraspe de San Francisco. Pide que su hijo Pablo, de 19 años, sea operado para tratarle una epilepsia refractoria crónica que sufre, cirugía que, según la mujer, se viene postergando.

En diálogo con El Periódico, la mujer contó que “estoy encadenada porque necesito que operen a mi hijo, me tienen con vueltas. Me dijeron que el jueves pasado iba a ser la cirugía y la programaron para hoy, pero no lo van a operar, estoy esperando respuestas”.

Y continuó: “Mi hijo sufre epilepsia refractoria crónica y si estado se agravó, sigue convulsionando cada 15 minutos. La operación no es para que lo cure del todo, sino para que alivie la enfermedad, para que tenga un poquito de calidad de vida, que él pueda comer, caminar, hacer medianamente una vida normal”.

Según Mónica, la situación de Pablo se agravó en el último año y medio: “Lo interné más de 15 veces, le recargan la medicación, está bien una semana y vuelve a decaer. Me dicen que los neurocirujanos tienen otras prioridades cuando a mí el miércoles pasado, me dijeron que ni bien le baje la fiebre lo iban a operar y seguimos esperando”, manifestó.

En las últimas horas la mujer pudo dialogar con el jefe de la UTI, Rodolfo Buffa y con el propio director del Hospital, Valentín Vicente, que le habrían prometido una respuesta para este martes. Ante esto la mujer admitió: “Voy a esperar a ver qué me dicen, sino iniciaré una huelga de hambre. Necesito que mi hijo tenga una poco de calidad de vida, es lo único que pido".