Milagros Boscacci, la joven de San Francisco no vidente de nacimiento, regresó recientemente de China tras completar la segunda etapa de un tratamiento médico experimental con células madre orientado a regenerar su retina. El procedimiento, realizado en una clínica especializada, incluyó internación, medicación intensiva y ejercicios de estimulación visual. Su familia informó que ya se observan avances en la capacidad de distinguir movimientos, luces y formas, y que el proceso continuará en los próximos meses con cuidados especiales y seguimiento médico.

Durante una entrevista con La Mañana de El Periódico, madre e hija compartieron cómo vivieron estos 15 días intensos en el país asiático y los pequeños grandes logros que están empezando a aparecer. 

“Siempre es lindo poder ir por una causa tan necesaria como esta”, afirmó Argentina, aunque reconoció que no fue fácil dejar a sus otros hijos para emprender un viaje de casi 25 horas hasta el otro lado del mundo. “Fuimos de nuevo con toda la esperanza”, agregó.

UNA LUZ PARA MILI

El tratamiento, similar al que recibió en 2023, esta vez incorporó más medicación y un enfoque más intenso en la rehabilitación visual. “Trabajaron con ella para que aprenda a usar los ojos, porque como no veía nada, nunca los usó para buscar objetos o mover la cabeza en determinada dirección”, explicó su madre.

Durante la estadía, Mili estuvo internada, con jornadas de trabajo que comenzaban a las 7:30 y se extendían hasta la noche. “Hubo tres días destinados a los implantes, entonces esos días solo recibía medicación, sin estimulación ni rehabilitación”, detalló Argentina.

Primeras señales de progreso

El cambio en Milagros comenzó a notarse desde los primeros días, aunque no todo fue fácil. “Los primeros cuatro o cinco días no estuvo bien, porque veníamos de un viaje muy largo y ella se exigía mucho. Pero los médicos la atendieron muy bien y de a poco se fue recomponiendo”, recordó Argentina.

La mejor señal llegó cuando Mili empezó a mover la cabeza en busca de objetos y a reaccionar a estímulos visuales. “Te dabas cuenta cómo ponía la cara y los ojos que había encontrado algo. Es maravilloso porque ella no veía nada”, aseguró la mamá.

UNA LUZ PARA MILI

Los médicos fueron claros al informar los avances. “Nos dijeron que la retina de Mili había regenerado un 30% desde la primera parte del tratamiento, que el ojo izquierdo tenía más avances que el derecho, pero que en esta segunda etapa ya se veía irrigación sanguínea en la retina derecha, lo cual es una señal muy positiva”, explicó.

Nervios, emoción y pequeños milagros

“Fue un viaje muy largo y muy cansador, pero ahora ya estoy mucho más descansada”, comentó Mili. Al hablar de su experiencia, reconoció que vivió una mezcla de ansiedad, miedo y mucha emoción. “Cuando no salían bien los ejercicios me ponía muy nerviosa, pero después me fui calmando. Me emocionaba mucho cada vez que los médicos daban un informe con progresos”, confesó.

Los avances, aunque pequeños para quien ve normalmente, son inmensos para quien nunca pudo hacerlo, aseguró. Y explicó: “Ahora distingo si algo es claro u oscuro, si un objeto se mueve, si es grande o chico. Es un montón para alguien que nunca vio nada. En la vida diaria eso me ayuda mucho para moverme, para reconocer puertas o cosas dentro de mi casa”, agregó.

Por recomendación médica, Mili debe continuar en reposo domiciliario y cuidarse especialmente de enfermedades o fiebre, que podrían afectar el efecto de las células madre. “Nos dijeron que por ahora nada de salir, y después vida normal pero con cuidados”, señaló.

Una campaña que sigue adelante

Para concretar este segundo viaje, la familia logró reunir unos 10 millones de pesos en poco tiempo gracias al apoyo de la comunidad. Sin embargo, el tratamiento costaba 30 millones. “Una familia de La Pampa, que también viajó con nosotros, nos prestó lo que faltaba. Nosotros vamos a devolver una parte y la otra la vamos a seguir trabajando desde la campaña”, contó Argentina.

El tratamiento original contemplaba dos viajes, pero los médicos no descartan que un tercer viaje, si fuera posible, podría potenciar aún más la regeneración de la retina. “Si se pudiera volver, sería súper positivo. Cuanto más se estimule la retina, mejor. Pero por ahora no hay una fecha definida”, concluyó Argentina.

La campaña “Una luz para Mili” continúa activa a través de la página de Facebook que lleva ese nombre, donde se comparten actualizaciones, videos y formas de colaborar. Allí, la familia sigue contando los pasos de esta historia que, poco a poco, empieza a ver la luz.