Habla normal, se mueve de acá para allá sin dificultades, comenta las últimas noticias de la ciudad y se dispone para la charla. Sin conocer qué le pasó a Mauro Maldini (30), nadie diría que un grave accidente de tránsito en su moto hace menos de seis meses lo tuvo entre la vida y la muerte durante casi un mes. Su recuperación fue increíble.

Cuenta que el mes pasado comenzó a trabajar nuevamente (es ingeniero informático) y que sigue su rehabilitación con especialistas en neuropsicología, fonoaudiología, psicología y kinesiología. Y que si bien su cumpleaños es en mayo, a partir de este año va a festejar también el 14 de noviembre, el día en que salió del coma.

Confiesa que aún le quedan algunas secuelas propias de las lesiones que le dejó el accidente, pero que las está trabajando. Y que quiere dejar de ser la misma persona acelerada que fue siempre, vivir el día a día más relajado.

Quiere vivir el presente sin tantas proyecciones futuras. “Porque nunca sabés cuándo te toca”, justifica.

¿Cuál es tu recuerdo del accidente y del tiempo internado?

El día del accidente con mis amigos tenía una peña. Esto fue un miércoles 26 de octubre. Yo tenía que poner la casa pero un amigo me preguntó si podía poner la casa él porque tenía que cuidar a su hija. Al cambiar de casa me dio la posibilidad de ir al kinesiólogo. Salí tipo 20:30, agarré la moto, fui por Larrea hasta Liniers para esquivar los semáforos, doblé para pasar a saludar a mis viejos  y de ahí me iba a la peña. Recuerdo el momento en que saco la moto, me pongo el casco, saco el candado y agarro Larrea. Posterior a eso, nada.

¿Y del tiempo que estuviste en la clínica?

Tampoco recuerdo los 30 días posteriores. Estuve 23 días en terapia intensiva y 7 días en sala común en los que recibí visitas de muchos amigos. Me dicen que yo hablaba cosas coherentes, pero de eso no tengo ningún recuerdo. El primer recuerdo que tengo es el último día de la sala común, que me busca una ambulancia. Recuerdo estar sentado con mi novia en un sofá ahí. Ella me contó del accidente, me vi en el espejo. Estaba más flaco, sin el cráneo, no lograba darle magnitud a lo que había sucedido. Cuando fui leyendo noticias y escuchando los audios que mandaba mi papá día a día, ahí tomé magnitud de lo que había sido.

¿Te reprochás algo del accidente?

Yo choqué con el casco puesto, pero no abrochado, y el casco se salió. Si lo hubiera tenido abrochado hubiese evitado el traumatismo más grave. Mi novia siempre me preguntaba si me lo había abrochado y yo le decía que no, porque decía que no se me salía. Yo tuve la culpa del accidente porque choqué la puerta del conductor. Viniendo por una calle que entra a una avenida y chocarle la puerta, no puedo pensar otra cosa. Me hice cargo del daño porque no tenía seguro de la moto, esa es otra cosa de las que me arrepiento.

Sos consciente de que tu recuperación fue muy rápida y que no todos tienen la misma suerte.

Tuve la culpa del accidente, tuve un traumatismo de cráneo grave y quedé con vida. Me hace sentir mal, me pesa a veces que otra gente que no tuvo nada que ver en un accidente no se recupera, y yo me logré recuperar. Por eso estoy siempre preguntando por “Vientito” Romero. Cuando salí, tenía una calcificación y no podía doblar la pierna. Estaba fastidioso, y pensaba que después de todo lo que me había pasado, encima no podía doblar la pierna. Pero estuve dos semanas en Tanti haciendo rehabilitación, vi otros casos y después de eso pensé ‘no puedo ser tan desagradecido’, podría haber sido peor.

Cuando ya saliste de la clínica y pudiste entender lo que había pasado, ¿te sorprendió la reacción de la gente?

Mucho, porque además de familiares, amigos y conocidos, fue a verme gente que yo ni siquiera conocía personalmente. Cuando desperté y abrí mi Facebook tenía millones de mensajes de gente que yo hacía mucho que no veía, eso me hizo sentir bien. A todas las personas que se preocuparon, que rezaron por mí o que me escribieron, el agradecimiento es infinito y hasta el día que me muera. Soy creyente, y quizás haya sido por toda esa fuerza que yo esté con vida. Por otro lado, escuchando los audios que mandaba mi papá, ahí le di dimensión a lo que pueden haber sentido ellos, mi novia, mis hermanos y amigos cercanos. Me siento mal de que ellos hayan pasado todo eso por mí.

Mauro Maldini: “A todos los que se preocuparon, el agradecimiento es infinito”
Junto a su papá Mario.

¿Pudiste hablar con la mujer que manejaba el auto con el que chocaste?

Me llegaron rumores de que estaba depresiva. No sabía si era verdad pero quería ir a hablar con ella, para pedirle disculpas porque me considero el responsable del accidente. Ella me contó que había sufrido y que la puso muy contenta de que yo haya tenido el gesto de ir a verla.

¿En qué te cambió el accidente?

Hace poco sentí que estaba bastante parecido a lo que era antes, en cuanto a mi personalidad. Siempre fui una persona muy hiperkinética, siempre acelerado. Estoy pensando en darle un cambio, en vivir la vida más relajado, porque no sabés cuándo te toca. Sigo acelerado, no lo logré cambiar, pero estoy con ese objetivo. Uno proyecta cosas para adelante porque no se imagina que te va a pasar esto. Y hay cosas que se pueden hacer en el presente y que no tienen necesidad de esperar.

¿Qué le dirías a los que no usan casco o lo llevan en el brazo?

Mi novia me dijo un año seguido que me abrochara el casco y yo nunca lo hacía. Quizás no sea la persona indicada para hacer una recomendación, pero les diría a todos que no solo tienen que usar el casco sino que además se lo abrochen. Yo pensaba que no se me iba a salir. No puedo juzgar a otro, porque todos los días recibía esa información de que me tenía que abrochar el casco y no le daba bola porque no lo consideraba necesario. Les diría que traten de evitarse un traumatismo de cráneo porque es algo sumamente grave, no solo para uno, sino para toda tu familia y tus amigos. Yo los animaría a usar el caso por ellos y también que piensen en el resto, porque van a sufrir muchas personas.

“Les diría a todos que no solo tienen que usar el casco sino que además se lo abrochen. Yo pensaba que no se me iba a salir”.