Hoy San Francisco es la cabecera del departamento San Justo, una de las localidades más importantes de esta región; sin embargo en época de aborígenes estas hectáreas no eran tan protagonistas por varios motivos.

Si bien los límites no estaban claramente marcados, por la presencia, movimientos y relaciones con otras etnias (como los “Comechingones” y “Abipones”), los “Sanavirones” fueron los que mayor preponderancia tuvieron en el Departamento San Justo desarrollando su sociedad y cultura en los siglos previos a la invasión española.

Específicamente en la zona de San Francisco no hubo grandes asentamientos, pero sí algunos pasos temporarios más que nada de los Sanavirones que llegaban para la caza de animales.

Se estima que como esta era una zona de montes extensos y propicios para cacería, en determinados momentos estas tribus caminaban hasta estas tierras en busca de alimentos. Además era un sector en donde había algunas cañadas donde posiblemente en algún momento del año era una región donde los nativos podían venir a buscar alimentos o a vivir un tiempo.

Eran provenientes de Santiago del Estero, oriundos de Salavina, hacia fines del siglo XV, desde las márgenes de los ríos Dulces y Salado, para invadir la provincia “comechingona” y mixturarse con su pueblo sedentario, alcanzando una estrecha mimetización.

A comienzo del siglo XVI, a la vez que avanzaron hacia el Salado, llegaron al límite del territorio de los Tonocotés, para comenzar a extenderse hasta la Mar Chiquita y llegar a constituir el asentamiento poblacional indígena más importante del Departamento San Justo en el período prehispánico, publica Carlos Cornaglia, en el libro “Origen y Formación del Departamento San Justo de la provincia de Córdoba”.

Agrega que los Sanavirones fueron un pueblo sedentario de agricultores que cultivaron el maíz y porotos, usando un sistema igual al de los pueblos andinos. Desarrollaron la ganadería con la crianza de llamas y avestruces. Practicaron la pesca, y la recolección del fruto de la algarroba y el mistol. Su lengua se empleó en el sur de Santiago del Estero y en el Norte de Córdoba en jurisdicción de los departamentos Sobremonte, Ischilin, Río Seco, Tulumba; y en el norte de los departamentos Río Primero y San Justo. Las viviendas fueron grandes chozas comunitarias, rodeadas por una empalizada defensiva que los protegía de la agresión de las tribus vecinas.

Sus armas eran el arco y la flecha – con punta de piedra y hueso – las boleadoras, la maza  o macana, usadas en la caza y como armamento defensivo.

Fueron buenos alfareros. Resaltaban sus creaciones de un color negro lustroso, indicando a influencia recibida del arte de los pueblos del noroeste argentino.

¿Por qué estaban las piezas de los nativos en la zona de San Francisco?

Algunas de las piedras que se encuentran en el Archivo Gráfico y Museo Histórico de San Francisco.
Algunas de las piedras que se encuentran en el Archivo Gráfico y Museo Histórico de San Francisco.

Décadas atrás se encontraron en el Parque Industrial de San Francisco algunos elementos de piedra tallada perteneciente a los nativos. El presidente del Archivo Gráfico y Museo Histórico, Arturo Bienedell, indicó que “es un hacha, muy bien tallada, la cual fue donada por un señor que había sido obrero cuando hace más de 60 años se realizaba una obra de desagüe cloacal en el sur de la ciudad”.

“Este hombre comentó que otros obreros también hallaron otras piedras talladas. La hicimos analizar en el Museo de Ciencias Naturales de Córdoba, donde estimaron que pertenecía a la tribu de los Comechingones”, expresó.

Vale recordar que los Comechingones estaban asentados desde el norte y parte del sur cercano a la tribu de Los Pampas. En sí, estaban al oeste de la provincia los Comechingones y al noreste Los Sanavirones. Fueron los dos pueblos que ocupaban mayormente en el territorio de la provincia de Córdoba.

Los Sanavirones eran los dueños de nuestro territorio

A los Comechingones se le atribuyen que vienen desde el sur de Brasil algunos y otros más de la zona andina. Lo cierto es que eran dos pueblos hasta físicamente diferentes. El varón comechingón era una persona con barba, mientras que el sanavirón era más lampiño.

Estos dos pueblos vecinos estaban enfrentados en algunos momentos y en otros tramos de la historia llegaban a encontrarse y hacían trueque de elementos.

“Por lo que las piedras que se hallaron en San Francisco se estima que eran trabajadas por los comechingones, porque los Sanavirones no tenían piedras en la zona del este de Córdoba y oeste de Santa Fe. Puede que a las piedras las trajeron los Sanavirones por algún tipo de trueque”, explicó Bienedell.

Esta tribu solía pasar un tiempo en la zona de San Francisco en temporadas de caza de animales.