Grupo Renacer es un espacio de ayuda mutua que dos veces al mes se reúne para brindarle contención a padres cuyos hijos han fallecido por algún motivo. Fue fundado a nivel nacional hace 28 años. En San Francisco se replicó por iniciativa de cuatro padres y el próximo 27 de marzo cumplirá 23 años.

Tres de las madres que integran este grupo hablan con El Periódico y cuentan que además de los encuentros en nuestra ciudad, suelen realizar dos o tres encuentros nacionales. El año anterior se congregaron en Sunchales, Esperanza y Cosquín. “Se aprenden muchas cosas, nos encontramos con papás de todos lados y nos abrazamos como si nos conociéramos de toda la vida”, coinciden.

Además, explican que una vez al año llevan a cabo una cena en la que llegan a juntar alrededor de cien papás, incluidos algunos que por una u otra situación dejaron de asistir a las reuniones.

Andrea Moreno, mamá de Diego, pertenece al grupo hace 15 años y llegó invitada por Negrita. Ella asegura que el grupo fue de gran ayuda para su familia y que por ello, cuando conocen a papás con experiencias similares, los invitan a sumarse.

“Los que ya pasamos por esta situación estamos en condiciones de ayudar a los nuevos. Lo que nos pasó a nosotros, lo que sentimos, te puedo asegurar que es lo que sienten los que ingresan. En cada encuentro, si hay nuevos, nos presentamos, decimos el nombre de cada uno y de nuestros hijos. Si el papá nuevo quiere hablar, habla; y sino puede escuchar. Son momentos en que hablamos, lloramos y reímos”, cuenta.

Para Andrea, el grupo es como su familia: “Con solo verlos tenés el deseo de abrazarlos, el abrazo de un papá no es el mismo que otro abrazo”.

Reciente

Viviana Maidana, mamá de José Aldo Bronzone, es una de las más recientes. Llegó en noviembre de 2015, al mes de la ausencia de su hijo. “Estoy bajo tratamiento psicológico y psiquiátrico. Lo primero que le pregunté a mi psicóloga fue si era mamá. No estoy en contra de los profesionales, pero a mí como mamá me ayudaron más Andrea y Negrita, porque ellas lo pasaron. Les decía muchas veces lo que me pasaba y me decían que era normal, y yo pensaba que estaba al borde de la locura. Te dicen que hagas esto o aquello que te va a dar resultado y te das cuenta de que tenían razón. Te entienden”, confiesa Viviana.

Y asegura: “Hoy estoy parada por ellos. Es el único lugar al que voy y espero los viernes para poder juntarme”.

Además, resalta la importancia del apoyo de quienes han pasado por situaciones similares. “Después de lo que nos pasó no volvimos a ser las mismas personas. Yo a veces siento culpa y todos lo sentimos, por ejemplo si me río o si como la comida preferida de mi hijo cuando él no puede, entonces ellas me enseñaron que debo enfrentar nuevamente la vida, pero no lo hacemos de la misma manera, nuestra vida cambió”.

Viviana recuerda una situación que le hizo entender que el dolor es igual para todos: “Cuando entré había un papá cuyo hijo había partido cuando tenía cinco años. Yo le cuestioné que él había tenido sólo cinco años de cosas vividas con él, cuando yo tuve 30. Y él me dijo: ‘Ojalá hubiese vivido hasta los 20’. Ahí entendí que no hay diferencia. Yo no lo entendía, pero después cuando supe del dolor de cada uno me di cuenta de que es el mismo para todos”.

Primera

Negrita Acosta, una de las primeras que se integró a Renacer, hace ya 22 años, explicó que son varias fases por las que se pasan y que son distintas para todos: “Te quedás como paralizada, no sabés para dónde agarrar. La etapa del duelo es amplia, la tristeza, preguntarse ‘por qué a mí’, decir ‘no me lo merecía’, después el dolor, lo extrañás, tenés culpa. Y después viene la negación, hay mamás que no van nunca más al cementerio”.

“Todos los papás que estamos pasando por esto estamos en el mismo camino, nuestros hijos están allá, todos juntos”, agrega.

No hay palabras para describir el dolor que se siente, lleva su tiempo, pero de esto se sale”, concluye Andrea.

Cómo participar

Las reuniones se llevan a cabo en la sede del Rotary Club, en bulevar Roca 1145. Aquellos padres que deseen formar parte del grupo podrán llegarse a cualquier reunión. Los encuentros se llevan a cabo el segundo y el cuarto viernes de cada mes, desde las 21.30.