Jubilados y pensionados en Lucha y autoconvocados de San Francisco se reunieron en la noche del miércoles en frente de la iglesia Catedral y prepararon una olla popular. En una época donde el individualismo quiere imponerse, estos adultos mayores decidieron apostar por la comunión y repartir el pan con quienes igual que ellos representan a los que más necesidades poseen en la actualidad. 

El grupo todos los miércoles reclama por diferentes cuestiones que los aquejan. Son personas que cobran haberes mínimos que no cubren la canasta básica y los resigna a vivir esta etapa de la vida en condiciones de pobreza e indigencia; también están los que necesitando diferentes medicamentos o tratamientos no pueden acceder en un tiempo razonable a ellos perjudicando su salud. 

“Es una actividad de las muchas que hemos hecho donde queríamos acercar a gente joven con los grandes y visibilizar que la pobreza existe y nadie la ve. En la olla sí hay comida, pero también hay mucho amor, mucha esperanza, muchas fuerzas y deseos de tener siempre el sostén de los más jóvenes. Nos estamos muriendo, pero queremos hacerlo de pie y en lucha. Y son ustedes los que nos dan la fuerza para seguir en pie”, expresó emocionada Miriam Bratti a El Periódico. 

De esta manera intentaron dar cuenta que la situación es imperiosa en cuanto a necesidades para muchos grupos sociales. “Entregamos un plato de comida caliente para muchas personas que necesitan. Mucha gente que realmente, no solamente los jubilados y los pensionados, están atravesando una situación muy difícil, también la gente activa con sueldos indignos, con despidos masivos, y nosotros tratamos en esta oportunidad de acercarnos”, detalló Quique Baigorria.

Los carteles siguen siendo también un símbolo permanente de la lucha en los lugares donde se reúnen cada miércoles.
Los carteles siguen siendo también un símbolo permanente de la lucha en los lugares donde se reúnen cada miércoles.
Fabricio Llanes

Detrás de la lucha de este grupo, que representa a miles, están los pedidos de empatía y el simple cumplimiento de lo que merecen. Quienes tienen enfermedades crónicas o terminales no les llega la medicación en el tiempo indicado lo cual agrava su estado; desde el grupo señalaron que otros no obtienen las autorizaciones para continuar con los tratamientos. 

A eso se suma un gran número que ya no tienen medicamentos sin costo y pagarlos al 40% o 50% implica solo en una droga erogar al menos 50.000 pesos, siendo que cobran 350.000 por mes. 

Los Jubilados y Pensionados autoconvocados pidieron más empatía a la sociedad de San Francisco.
Los Jubilados y Pensionados autoconvocados pidieron más empatía a la sociedad de San Francisco.
Fabricio Llanes.

La situación es tan delicada que una cuestión menos burocrática no se resuelve :"No tenemos muchas veces, prótesis, no llegan los marcapasos, no tenemos silla de ruedas, no tenemos camas ortopédicas para reponer". Además, cualquier reclamo de ese tipo agregaron es difícil de canalizar: “San Francisco no tiene un jefe en la delegación PAMI, nosotros queremos que tenga más personal, porque no abarca solo San Francisco, también la zona depende y esto tiene que visibilizarse".

La olla popular de Semana Santa estuvo bendecida por el Cura Brochero, bajo las estrellas de un miércoles cualquiera y lamentablemente para muchas personas fue su única comida al día, por eso los entrevistados solo pidieron una cosa: “La gente de San Francisco tiene que tener más empatía en estas situaciones porque no todos atraviesan buena situación económica".