La historia detrás de los Papás Noel motorizados: “Lo hacemos para sacar una sonrisa”
Con un enorme espíritu navideño Adolfo y Marcos, dos amigos, salieron el lunes a repartir caramelos por los barrios de San Francisco y Frontera. Lo hicieron a bordo de un trineo montado sobre una Guerrero Trip 110cc. Es el noveno año que llevan alegría en Navidad.
Por noveno año consecutivo Adolfo Morlachi (32) y Marcos Moyano (28), dos amigos de años, salieron a repartir regalos para Navidad disfrazados de Papá Noel. Y lo hicieron con una propuesta original: subidos a un “trineo” que montaron sobre una Guerrero Trip 110cc.
Aunque fueron a la misma escuela, ambos se conocieron años después en una empresa. Si bien uno de ellos cambió luego de trabajo, la amistad perduró.
“Continuamos siendo amigos, hemos hecho viajes, nos vamos de vacaciones juntos, cuando él necesita algo yo estoy, cuando yo necesito algo él está. Siempre hacemos cosas juntos”, reveló Morlachi.
Del paratrike a la moto
Cabe recordar que este aventurero, dueño de un paratrike (similar a un parapente biplaza pero mucho más seguro y con motor), lo montó durante cinco años, ocasiones en que desde el Aeroclub salió a repartir juguetes y golosinas por el aire.
Sin embargo, una avería lo obligó este año a volver a tierra. “La historia viene de muchos años de hacer algo siempre para las Navidades. De salir repartiendo caramelos con la camioneta, siempre disfrazado, a hacer algo volando. Tengo un paratrike que es para volar, así que el año pasado y el anterior lo hicimos volando. Este año, como no tenía mi aeronave en condiciones, montamos trineo y renos en la moto. Adaptamos todo para que los renos doblaran, las luces, pintamos, preparamos los caramelos, las bolsitas, todos los años hacemos cosas similares”, detalló Morlachi.
Es una iniciativa que, reveló, replican para el Día del Niño.
Por una sonrisa
Morlachi contó que el lunes, entre las 20 y las 22 aproximadamente, en la previa a la Navidad, salieron con Marcos a dar una vuelta por la ciudad y alrededores. “Fuimos a dar una vuelta para repartir las golosinas, para sacar una sonrisa, para divertirnos también nosotros porque nos gusta. Cuesta muy poco, es lindo y alimenta la ilusión de los chicos”, aseguró.
“Salimos desde un depósito sobre bulevar Roca, cerca de la plaza Vélez Sarsfield, y pasamos por el centro, La Milka, pasamos por adentro de Frontera y volvimos por barrio Hospital, pasamos por la Clínica Regional y después volvimos por otros barrios”, manifestó.
Por el poco tiempo disponible, los amigos se trasladaron en moto, a baja velocidad pero sin detenerse, tirando las bolsitas a cuanto niño se les acercara.
Sobre el final, ambos agradecieron a la gente que colaboró con la propuesta y, adelantó, planean repetirla.