Este viernes, a sus 97 años, murió Carlitos Balá. El actor y humorista falleció tras haber sufrido una descompensación.

En varias oportunidades, el animador infantil visitó San Francisco para presentarse con su espectáculo en el Teatro Mayo. La última vez fue el 12 de noviembre de 2006, cuando estuvo acompañado de Piñón Fijo.

"Fue un genio, marcó un antes y después con los infantiles. Muchos de los artistas de ahora arrancaron con él, como Topa, Piñón, Panam, Caramelito Carrizo. Él fue uno de los pioneros con los chicos, un grande, un señor", recordó el propietario del teatro, Mauro Reinero.

Reinero recordó que charlando con el humorista, éste le contó que su representante fue el mismo de toda la vida y que era un hombre de la misma edad de él. También recordó que era un hombre "muy coqueto" y que siempre estaba con la ropa bien planchada. Además contó que solía tener un cepillo con el que se peinaba así como un crema que utilizaba para sus manos y su rostro. "A ese proceso le dedicaba alrededor de una hora antes del show", comentó Reinero, que insistió en que siempre se lo veía impecable. 

Quién fue Carlitos Balá

Carlos Salim Balaá Boglich nació en Buenos Aires, el 13 de agosto de 1925. Más conocido como Carlitos Balá, es un humorista, actor, músico y presentador, con más de medio siglo de trayectoria artística, en su mayoría dedicada al show infantil.  

El "Show de Carlitos Balá" forma parte de la memoria colectiva de millones de argentinos. Ha realizado, además, espectáculos en radio, televisión, cine, circo, y teatro.

Sus comienzos fueron en la radio y luego en televisión en La revista dislocada, junto a Délfor Dicásolo. Formó parte del trío Balá, Marchesini y Locatti.

De vasta trayectoria, en 2016, a los 91 años, visitó al papa Francisco en la Ciudad del Vaticano y fue declarado en Roma "Embajador de la Paz". El reconocimiento fue otorgado por la Red Voz por la Paz. 

"¿Qué gusto tiene la sal?", su frase más famosa

La frase más famosa, la que "se viralizó" en tiempos donde no había redes sociales fue: "¿Qué gusto tiene la sal?" Esa a la que todos los chicos respondían al unísono: ¡¡¡Salaaaado!!! 

La idea nació en 1969, en una tarde tranquila en Mar del Plata. Un chico lo miraba atento y Balá haciendo como que no lo veía preguntó varias veces en voz alta: "¡El mar! ¿Qué gusto tendrá el mar?" El nene permanecía silencioso y el siguió: "Ahhh, el mar tiene gusto a sal. Pero, ¿qué gusto tiene la sal?" Y antes de salir corriendo el chico le respondió. "¡Pero, qué gusto va a tener la sal! ¡Salada!" Y así nació un éxito que atravesó cuatro generaciones.