A las 2.10 de la madrugada del miércoles 25 de abril de 1906, José Bernardo Iturraspe cerraba sus ojos para siempre. Su corazón dejaba de latir muy joven, a los 58 años, en un hospital de Capital Federal. Su último pedido fue que sus restos fueran inhumados en San Francisco, una de las tantas poblaciones que fundó pero a la que más cariño le tomó. Pese a este requerimiento que hizo a los familiares, su cuerpo fue enterrado en el cementerio Norte (hoy Recoleta).

José Bernardo fue concebido el 30 de julio de 1847 por José Iturraspe Gálvez y María del Carmen Freyre. Conoció desde muy joven las privaciones y sinsabores que la participación en la política acarrean. En su casa se vivieron, por ejemplo, persecuciones durante la hegemonía de Rosas.

Vinculación con la política

Iturraspe gobernó la provincia de Santa Fe del 18 de febrero de 1898 hasta el mismo día de 1902. Aunque todo surge años atrás. En 1893, a raíz del golpe revolucionario radical, el fundador desempeñó un papel decisivo como mediador entre las partes en pugna, que evitó la continuación de la lucha armada iniciada por Alem en Rosario. En 1897, ante la inminencia de las elecciones, el partido dominante en Santa Fe se dividió entre galvistas y leivistas y ambos bandos manifestaron su propósito de participar en la contienda electoral. Por ese entonces, Iturraspe se encontraba en San Francisco atendiendo su molino y el grupo pacifista (los radicales) corrió hacia su figura para pedirle que mediara entre las partes. El peligro de la revolución amenazaba nuevamente e Iturraspe con el paso del tiempo aceptó ser el candidato.

Su lema fue “Concordia, Libertad, Moralidad”. Como gobernante tuvo amplia apertura hacia todos los sectores políticos y sociales e impuso una rígida disciplina presupuestaria porque el principal problema que debió afrontar fue la enorme deuda de la provincia de Santa Fe, que ascendía a más de 60 millones de pesos.

“Gobernar es pagar”, era una de sus máximas y su mano no tembló cuando ante la negativa de los bancos de otorgarle a la provincia nuevos préstamos, firmó y comprometió su patrimonio personal para poner en caja el tesoro de Santa Fe. Su gestión fue efectiva y muy progresista.

Las bases

Su educación elemental la recibió en escuelas particulares y del Estado. Siempre se distinguió por su inteligencia, tal es así que a los 12 años hablaba perfectamente el idioma alemán que había aprendido en Esperanza. Años después, finalizada su preparación, se dirigió a Córdoba e intentó estudiar Derecho en la universidad. Pero se frustró debido a que no pudo ingresar al no serle reconocido los títulos expendidos por el colegio donde se educó.

De todos modos, la negativa recibida no lo aquietó. Se dedicó al comercio, viajó a Montevideo y se estableció con una casa de cambio y corretaje. Tiempo después viajó a Paraguay. De pronto, ya era un hombre rico.

En 1873 fue llamado por su padre para que se hiciera cargo de las múltiples empresas y negocios que tenía en Esperanza (Santa Fe) y de los cuales el Molino San José era la principal fuente de ingresos.

Intenso amante

Su dedicación en los negocios y en la política no le quitó tiempo para tener una vida amorosa intensa y curiosa. De haber existido en esos años los programas televisivos de la actualidad o las denominadas revistas del corazón, donde la vida amorosa de los personajes conocidos o importantes causa sensación en las ventas, Iturraspe hubiese sido varias veces “tapa”.

“El viejo molinero” (como se lo llamó cariñosamente en sus últimos años) tuvo numerosa descendencia  fruto de la relación amorosa con tres mujeres: Clara Cabot, Sofía Maurer y Ana Margarita Sieber. La primera fue madre de Federico Luis; la segunda de Enrique y la tercera de los seis hijos restantes: Ignacio, Adela, Carmen, Ángela, Francisco y Rodolfo. Si hasta aquí puede uno sorprenderse con los ocho hijos con tres mujeres que José Bernardo tuvo, su historia amorosa tendría un capítulo aún más jugoso.

Una cuarta mujer aparecería en su vida, con quien aceptaría casarse el 4 de agosto de 1890. Lo llamativo es que con esta persona a la que le dijo “Sí, quiero”, no tuvo hijos. Más extraño puede sonar que quien se convertiría en su esposa legítima sería su prima, Dominga Cullen.

La historia cuenta que sus ocho hijos fueron reconocidos en su testamento ológrafo del 12 de noviembre de 1905. A todos les legó su apellido y herencia.

San Francisco, su gran obra

De todas las fundaciones, la de San Francisco es sin dudas la más importante.

El 24 de diciembre de 1883, en sociedad con Antonio Agrelo, Iturraspe le compró a Crisólogo Oliva 11 leguas, 290 cuadras y 12 mil varas cuadradas. Por ello pagó 46.217 pesos oro. En 1885 da comienzo a la venta de lotes de la futura colonia y el 9 de septiembre de 1886 se produce su fundación.

Tras tiempos de vacas flacas consecuencia de crisis económicas y el incendio de su molino el 31 de diciembre de 1899, a los diez años de su fundación San Francisco tenía ya cuatro mil habitantes, dos ferrocarriles, cerca de cien negocios, bancos, dos escuelas, diversas fábricas, entre otras cosas.

Fuentes

- Reseña del Gobierno de J.B Iturraspe, de Marcelino Pera.

- Historia del Depto. San Justo, de José R. Lencinas.

- Diario “La Voz de San Justo”, 9 de septiembre de 2002.

- Nueva enciclopedia de la provincia de Santa Fe, año 1992.