A mediados de marzo comenzarán a dictarse, desde la Oficina de Empleo de la Municipalidad de San Francisco, distintos cursos de capacitación dirigidos a todas aquellas personas desocupadas que deseen aprender un oficio.

En este sentido, los cursos previstos son: peluquería, corte unisex, diseñador de muebles, electricista, panificación, computación, gestión de ventas, atención al cliente, cuidador gerontológico, gasista, diseño gráfico asistido por PC, instalador de mobiliarios de madera, soldador, peinados, costura industrial, cocina básica y pastelería. Asimismo continúa el taller de costura municipal.

Introducción al trabajo

También, está previsto para este año el dictado de tres cursos de “Introducción al trabajo” de cuatro meses de duración dirigidos a aquellas personas adheridas al programa “Jóvenes con Más y Mejor Trabajo”.

Los cursos de formación están dirigidos a personas mayores de 18 años de ambos sexos que se encuentren desocupadas.

Tienen prioridad las personas desocupadas que estén adheridas a programas como “Progresar”, “Jóvenes con Más y Mejor Trabajo” o al “Seguro de Capacitación para Chicas Víctimas de Violencia, trans o que ejercen la prostitución”.

Los cursos son gratuitos. Las personas con prioridad, estipuladas anteriormente, cobran 1200 pesos mensuales por hacerlos.

Inscripciones

Los cupos son limitados, de entre 25 y 30 personas, y se otorgan por orden de inscripción, con prioridad a las personas adheridas a programas nacionales.

Las inscripciones se receptan todo el año personalmente en la Oficina de Empleo, ubicada sobre Libertad 1168, de lunes a viernes en horario de 7:30 a 13:30, donde los interesados pueden obtener más información y los detalles de los cursos.

Balance y expectativas

El año pasado, en diciembre, se entregaron 600 certificados a aquellas personas que asistieron a los cursos en 2017. El objetivo para este año es tratar de duplicar la cifra, contó Romina Lario, coordinadora de la Oficina de Empleo municipal. 

La selección de los cursos, explicaron, se basa en la demanda laboral y en los gustos de la población, así como es fruto de reuniones con empresarios de distintos sectores.

Gastronómicos
Los cursos gastronómicos, entre los más elegidos.

“Cuando empecé me largué a hacer cosas”

Jimena Argüello es una de las mujeres que llevó a cabo el curso de costura municipal y que, a partir del mismo, pudo tener su propio emprendimiento.

La mujer quedó muy conforme ya que, aseguró, le enseñaron todo, paso a paso, sobre cómo confeccionar una prenda.

Jimena comenzó a emprender apenas iniciado el curso. “Ya cuando empecé, me largué a hacer algunas cosas. El primer emprendimiento fue hacer ropa para mascotas. Después empecé a hacerme ropa para mí. Y como a la gente le gustó, me empezaron a pedir que les hiciera a ellos. Ahora me dedico exclusivamente a eso”.

Además de indumentaria casual, se animó a realizar vestidos de recepciones, quince años y hasta casamientos.

A raíz de su experiencia, Jimena instó a otras mujeres a anotarse: “Los recomiendo ampliamente”.

Un beneficio también para las empresas

Una de las empresas que cuenta entre sus filas con empleados egresados de estos cursos es Luis Gudiño, que el año pasado incorporó cuatro chicos. Dos se fueron por otras oportunidades, y de los otros dos quedó uno.

Alejandro Gudiño, propietario de la firma, contó que tras un período de prueba el joven ahora está efectivo. “Fue muy positiva su incorporación. En un año ha crecido mucho”, explicó.

Y destacó como muy positivo que con la formación los jóvenes puedan entrar a una empresa. “Al no tener un secundario por ahí no tendrían la posibilidad. Sin el plan, nos los hubiésemos tenido en cuenta. Por otro lado, a la empresa le reduce costos”, detalló.

Sobre el joven, resumió: “Es un buen chico, trabajador, colaborador. Es honesto y buena persona que en una empresa familiar se valora”.

A su turno Luis Gudiño, también propietario, incentivó a los demás jóvenes. “Nosotros les decimos siempre a los chicos que vienen que no pasa por los dueños, depende de ellos, dependiendo de la voluntad y de las ganas que le pongan se van a quedar o se van a ir”, dijo.

“Sin el secundario era imposible encontrar algo formal”

Marcelo Barrionuevo (21), el joven empleado de la firma Luis Gudiño, contó que este es su primer trabajo formal. “Me habían hablado muy bien de ellos. Eso me convenció para venir”, dijo.

Y recordó que cuando ingresó lo hizo con temor. “Entré con miedo, me costó mucho aprender. Me falta mucho para mejorar pero hago lo que puedo para aprender, porque siempre hay algo nuevo”.

Marcelo, que terminó el secundario el año pasado habiendo ya arrancado el plan, consideró que “sin el secundario era imposible encontrar algo formal”.

Por último, destacó el acompañamiento de sus compañeros. “Me aconsejaron siempre y me dieron una mano para que esté acá”, reveló.

Y adelantó: “Si Dios quiere voy a seguir estudiando. Quería ser policía o estudiar Gestión en el Colegio San Martín, no sé si tengo el bocho pero me gusta la administración”.