Inés Caffaro fue durante mucho tiempo una de las caras más vinculadas a la televisión local. Semanas atrás dejó su trabajo tras 22 años de labor ininterrumpidas en Radiocanal. Asegura que busca disfrutar el tiempo con su familia y niega los rumores que la vinculan al mundo de la política, aunque reconoce que tiempo atrás “fue tentada por distintos partidos”.

Inés participó la semana pasada del programa radial “Cansados de ser buenos” que se emite los martes a las 20:30 por FM 97.1 (conducen Marcelo Pighi y Melina Barbero), donde compartió anécdotas y reflexiones sobre su pasado y futuro.

¿Qué te dijo la gente en la calle cuando se supo que te ibas?

En esta sociedad tenemos una concepción de que el trabajo es lo prioritario en la vida, pero para mí el trabajo fue un medio, no mi objetivo ni tampoco mi fin. Mis objetivos son mi familia, mis amigos, no el trabajo. Ahora quiero ser un poco ama de casa, disfrutar de mi familia.

¿Creías que ibas a permanecer tanto tiempo en un trabajo o se fue dando?

No, la verdad que no, se fue dando todo. Soy producto de la casualidad y espero los momentos mágicos y que la vida me sorprenda. No planeo nada.

¿Qué te dio el mundo de la noticia en la calle?

Debe haber sido la faceta más linda del trabajo, el contacto con la gente. Se está casi en el momento en el que pasan las cosas y conocés muchas cosas. Me gustó el trabajo siempre en conjunto con los camarógrafos, vas conociendo lugares, salís de la rutina y de paso conocés toda la ciudad.

¿Hubo alguna nota en la que no la pasaste bien?

No sé decirte si he hecho una mejor o peor. Sí tuve metidas de pata, un montón (dice entre risas).

¿Si no hubieses sido conductora que te hubiera gustado ser? ¿qué te ves haciendo en el futuro?

A mí me gusta todo, cualquier trabajo me entusiasma, me apasiono y me doy manija. Todavía no me di cuenta que terminé de trabajar. No tuve demasiado tiempo de acomodarme.

¿Te vas a dedicar a la política?

(Risas) No, nada que ver, cuando yo dije que dejaba el canal al toque renunció Martín Lousteau y empecé a decir que como había quedado una vacante la embajada de Estados Unidos me iba para allá (risas). Si vamos a pedir hay que pedir en grande, pero nadie me llamó para ofrecerme nada. Política hacemos todos, pero no me veo haciendo política partidaria, aunque siempre he tenido diversos ofrecimientos a lo largo de todos estos años. Pero nadie quiso que sea diputada para estas elecciones (risas).

¿Por qué no tenés Instagram ni Facebook?

Consideré que podía traerme más conflictos que beneficios. Que alguien me podría llegar a pedir algo o me hiciera algún reclamo y yo tenía que estar inmediatamente contestando, entonces me parecía que iba a quedar en falta con esa gente. Y por otro lado, exponer lo que yo hago a la gente no le interesa. Eso es para mí, para mi entorno, no tengo esas redes sociales y sobreviví (risas).

Tal cual

Inés asegura que nunca tuvo pose para estar frente a la cámara y que lo que se veía siempre era ella misma, con sus defectos y virtudes. “Trabajaba mucho haciendo notas en la calle y no podía estar divina todo el día. Lo que se veía era lo que era”, dice riendo.