La próxima semana, el sacerdote Gabriel Ghione dejará San Francisco para hacerse cargo de las parroquias San Isidro Labrador, de Porteña, y Nuestra Señora del Rosario, de Freyre. Lo hará luego de estar al frente, durante 10 años, en la parroquia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro en San Francisco.

Antes de su viaje, el párroco brindó una entrevista en La Mañana de El Periódico, por la 97.1 y dejó sus impresiones. En ese sentido, contó que el 8 de diciembre será su última misa ya que el jueves asumirá en Porteña y el viernes, en Freyre.

"La mente no para, hace dos semanas llevaba algunas cosas a Freyre y el Padre que estaba ahí también estaba preparando las cosas porque él se va a Laspiur. Son varios los cambios que hay en toda la diócesis, se cambian dos tercios de todos los sacerdotes, así que es un movimiento importante. Y él me decía que en estos momentos, cuando uno se va, empieza a recibir un montón de cosas por parte de la gente", contó.

En esa línea, aseguró que esos gestos lo hicieron percatar de que a veces una palabra o una presencia fue mucho más significativa de lo que pareció.

"Hay cosas que uno no termina de medir, o de palpar porque hay realidades, sobre todo las nuestras, que son más materiales, que no terminás de palpar o de medir o de descubrir qué pudo haber significado o qué pasó después. Porque uno acompaña, está, pero tampoco invade. Empezás a recibir ecos que son muy gratificantes", manifestó.

10 años al frente de la misma Parroquia

Ghione, que aseguró estar "cosechando más de lo que sembró" recordó que fueron 10 años al frente de la Parroquia Perpetuo Socorro, pese a que generalmente suelen ser seis.

En ese sentido, explicó cómo se dan los movimientos sacerdotales en las parroquias. Así, explicó que cada párroco tiene una especie de contrato por ese período, al que diferenció de un contrato laboral. Así, aseguró que el que tiene la función de organizar el servicio ministerial de la diócesis es del obispo, asesorado con un grupo de personas.

"El modo de administrar ese servicio es a través de lo que se llama un decreto, que tiene un periodo, y que es lo que se llama el contrato de seis años. Es como una garantía para el sacerdote y para el obispo. Después, si hay una necesidad específica te pueden cambiar antes", comentó.

Así, recordó sus inicios como administrador parroquial, pasando a ser después párroco. Finalmente hubo un intento fallido de ir a estudiar una licenciatura a otra ciudad por deserciones sacerdotales por lo que debió estudiar desde su lugar, mientras seguía en la parroquia. En el tiempo de pandemia se cumplieron los seis años, pero la pandemia postergó su partida, por lo que hasta el momento venía trabajando fuera de ese contrato.

"Uno también siente u experimenta en la vida del cura, porque nosotros ya lo tenemos así incorporado, de que nosotros estamos como de paso por las comunidades. Es un tiempo y después hay un cambio. Porque es bueno para la comunidad y es bueno también para nosotros, porque es como nuestra misión para no aburguesarnos, no relajarnos. Te ayuda a crecer. Va enriqueciendo la vida de la comunidad", afirmó.

El cura que reversionó el hit "Despacito"

En 2017, Ghione se hizo conocido en todo el país por reversionar el hit "Despacito" de Luis Fonsi. El párroco entonó y bailó la canción, con una letra adaptada por un grupo de jóvenes del Seminario de Río Cuarto, y alguien lo filmó y lo publicó. En minutos, el video se hizo viral.

Sobre aquel momento, Ghione recordó: "Lo reconvertimos, en realidad fueron los chicos del seminario de Río Cuarto. A las catequistas les gustó y dijeron de hacerlo. Y yo les dije que sí, pero no solo, aunque la cámara me tomó justo a mí".

"Lo importante acá era que los chicos puedan vivir la misa bien, que la familia pueda ir a misa y que sea un lugar en donde experimenten paz, alegría, quizás un bálsamo a veces en la semana donde tenemos malas noticias, experimentamos muchas problemáticas debo decir qué lindo que encontrar en la Iglesia a lo mejor otra cosa que me dé fuerza y energía para la semana. Si eso se puede y si lo logramos con el Despacito o con otras cosas creo que vale", reflexionó.

Qué se lleva de San Francisco

Consultado acerca de qué se lleva de San Francisco, el cura destacó el acompañamiento obtenido a lo largo de su carrera, teniendo en cuenta que comenzó a estar al frente de la parroquia cuando apenas llevaba seis meses de ordenado.

"La parroquia me enseñó a hacer cura, sabemos que los libros en una parte, pero después la práctica es la que te va haciendo. La parroquia siempre fue una comunidad muy predispuesta para enseñarme, para acompañarme, una comunidad propositiva y eso es muy lindo", dijo.

En ese sentido, recordó lo realizado en barrio La Milka, en la iglesia de Lourdes, a la que la comunidad ayudó a remodelar. "Para mí fue muy significativo, fue más que arreglar una iglesia, porque a la iglesia de Lourdes no iba gente, tenían miedo de ir al barrio por la inseguridad. Y lograr después que vaya gente de toda la ciudad de la Iglesia y que no sientan miedo, trasciende. La Iglesia es como un espacio en donde la gente pierde el miedo por un barrio que puede estar mal nombrado quizá por algunas personas y que tiene toda una connotación negativa cuando en el barrio hay un montón de gente trabajadora que se esfuerza. Lugar donde la gente va la Iglesia a experimentar el consuelo, en busca de la sanación o en busca de desahogar su corazón".

"Estoy sumamente gratificado y aparte el trabajo en la iglesia que se hizo a pulmón lo dice todo, con gente del barrio, con mucho amor y con mucha dedicación", finalizó.