Ariel Heredia, jugador de Los Dogos, la Selección Argentina de fútbol gay, fue al Hospital Garrahan a donar sangre. Sin embargo, la donación fue rechazada debido a su orientación sexual.

"En ninguna parte decía que si soy gay no podía donar. Sin embargo, no me dejaron ni a mí ni a dos compañeros de trabajo y el argumento fue porque teníamos relaciones sexuales con hombres", contó Heredia a La Nación.

En la Argentina, el 16 de septiembre de 2015 se modificó la Resolución Nº 865/2006, que reglamentaba la Ley Nº 22.990. La normativa contenía un cuestionario de donación de sangre que incluía una pregunta sobre la orientación sexual del donante, y por la que se podía excluir a las personas gays, lesbianas, travestis, transexuales, bisexuales e intersexuales (LGTBI).

Heredia es funcionario del Ministerio de Modernización, institución que había firmado un convenio con el Hospital Garrahan para que sus empleados donaran sangre.

"Fui ayer con mis estudios en mano, que tienen menos de un mes. Es mi derecho poder donar sangre", dijo Heredia. Minutos antes de entrar, uno de sus compañeros de trabajo que había sido discriminado le había escrito para contarle la situación y que por eso decidió grabar la charla. "No iba a grabar, pero cuando empezó el doctor a anotar mis datos y hablar de «normalizar a la gente», decidí grabar", detalló.

Durante la charla, se escucha cuando la profesional de la salud le explica que por tener relaciones sexuales con hombres tiene más riesgos de contraer alguna enfermedad, y que por eso no podía donar. Además, la trabajadora del hospital de niños le reconoce que existe "una ley" que les permite donar, pero que en el Garrahan "aún no se aplica" y que, seguramente más adelante eso iba a cambiar.

Heredia compartió con La Nación el instructivo que le dieron antes de pasar a la entrevista. En ninguna parte se menciona la orientación sexual como impedimento para donar sangre.

Tras esta situación, el jugador se contactó con el área de Recursos Humanos de la cartera de Modernización, donde le pidieron disculpas tanto a él como a los otros discriminados por el Garrahan.

"Fue muy feo sentirse discriminado. Aunque ya sabía que podía pasar. La situación fue muy violenta. Que no te den una razón válida, un argumento como la gente. La ley está, pero la institución no la cumple", dijo Heredia y concluyó: "Tienen el lema de que donar salva vidas, pero yo siendo gay no tengo la posibilidad de salvar a nadie porque una normativa de la institución no lo permite"

Heredia contó que ya presentó una denuncia en la Defensoría LGBTI de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad y en el Inadi junto con la Federación Argentina LGBTI.

La respuesta del Garrahan

"Nosotros adherimos y cumplimos con la resolución del año 2015, que dice que la elección se debe basar en evidencia científica y datos epidemiológicos locales. En base a eso, los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres no pueden donar sangre", dijo a La Nación Silvina Kuperman, jefa del servicio de Hemoterapia del Hospital Garrahan.

"Tenemos la obligación de tomar donantes de bajo riesgo y poner el centro en el paciente. Por eso diseñamos estas preguntas. Tenemos el principio de precaución y por eso abrimos el paraguas lo suficientemente grande. Este riesgo que asume el hospital es porque donar no es un derecho, el derecho es el que tiene el paciente de recibir sangre segura. Para donar hay que ser elegible", detalló Kuperman que explicó que, según el último boletín de HIV del país, el 0.4% de la población tiene riesgo de contraer el virus, pero que ese número sube al 7% en drogadictos que usan jeringas, al 15% en hombres gays y al 34% en los transexuales.

La médica aseguró que el Garrahan no discrimina, sino que es una selección que lleva adelante el centro de salud y que la resolución 1509/2015 no prohíbe preguntarle a un hombre con quién tuvo relaciones, sino que deja la potestad en cada institución de decidir a quién acepta como donante.

"La resolución es ambigua y nosotros elegimos los donantes basándonos en los párrafos que hablan de evidencia científica y datos epidemiológicos locales para determinar quién puede ser donante", dijo Kuperman y concluyó: "Esto no será así siempre, si nuevos estudios dicen que el el riesgo baja, se los aceptará. Con lo que contamos ahora nosotros decidimos no aceptarlos".

Fuente: La Nación