Flavia Pattavina (45), es una de las primeras mujeres en conducir un camión de riego en la Secretaría de Servicios Públicos de la Municipalidad de San Francisco. Desde hace un mes forma parte del equipo y contó que se siente cómoda y respetada.

El dato no pasa desapercibido: una mujer al volante de un camión sigue siendo una imagen poco común en las calles de nuestra ciudad. Pero para Flavia es una escena cotidiana desde su infancia: “Me crié en los camiones, no tengo noción de cuándo me sentaron detrás de un volante. Toda mi familia, mis tíos, mi padre, hermanos y primos, es toda una familia de camioneros”, expresa en diálogo con El Periódico.

Toda su experiencia en el rubro no pasó desapercibida y fue clave para que le otorgaran el puesto en Servicios Públicos. Desde su ingreso al municipio, Flavia encontró un entorno laboral que valora su capacidad y compromiso. “Primero me dieron la oportunidad, porque no habían traído nunca una mujer en los camiones”, expresó. Destacó el trato recibido por sus compañeros: “La verdad que desde que ingresé me trataron súper bien, muy correctos, todos con un respeto increíble”.

Flavia, la mujer al volante de un camión de riego que combina trabajo, maternidad y vocación

Mamá, camionera y peluquera

Ingresar a la Municipalidad fue una oportunidad muy valorada por la mujer, que le permitió acomodar su vínculo familiar con sus hijos. “Traje el currículum acá y me tomaron, apostaron por mí y empecé a trabajar, eso lo valoro mucho. Entonces me queda tiempo para estar con Yuliana y para poder dar clases”, señaló.

Su hija menor, de 14 años, tiene Síndrome de Williams y requería de toda su atención.

En este sentido, Flavia recordó que durante la pandemia tuvo que dejar la peluquería, actividad a la que se dedicaba desde joven, para subirse a un camión y transportar cereales. Por ese tiempo, el trabajo la llevó por distintas rutas del país, desde el norte de Santa Fe, el puerto de Rosario y hasta Santiago de Estero.

Sin embargo, debió dar un paso al costado por una decisión personal: “Por motivos de salud de uno de mis hermanos lo vendí, y también me bajé del camión por Yuli”, explicó.

“Camionera y peluquera, es un combo, y este trabajo me permite -en Servicios Públicos- estar en la ciudad, porque antes viajaba y estaba mucho tiempo afuera”, dijo. Estudió peluquería a los 18 años y durante un largo tiempo tuvo su propio local, que fue una fuente de ingreso estable para su familia hasta que la pandemia la obligó a reinventarse.

La familia

“Yuli”, su hija, cursa actualmente el secundario en la Escuela San Martín y padece el síndrome de Williams, una condición genética que le provoca retraso madurativo. “Más allá de eso es súper sana. Está en actividad todo el tiempo y siempre en movimiento. Gracias a Dios, está hermosa y este año va a cumplir sus preciados 15 años”, expresó su mamá.

Flavia también es madre de Valentín, de 22 años, y destacó el rol fundamental de su familia en el acompañamiento de sus hijos: “Mi familia siempre me ayudó, hermanas, hermanos, cuñada, primas, todos. La familia está involucrada constantemente”.

Sobre su experiencia en el ámbito tradicionalmente masculino del transporte, aseguró que jamás tuvo inconvenientes. “Nunca tuve problemas con ser una mujer en el camión. Porque en los puertos son todos hombres. En los campos, todos hombres y en las máquinas, también. Siempre me tuvieron mucha paciencia y mucho respeto”, sostuvo.

Finalmente, alentó a otras mujeres a animarse a este camino: “Ojalá que haya más mujeres con ganas de subirse al volante, de manejar un camión. Muchas tienen el miedo de ‘¿cómo voy a ser tratada?’ Les digo que es una experiencia muy linda, donde se cosechan tantas amistades”.

Flavia, la mujer al volante de un camión de riego que combina trabajo, maternidad y vocación

¿Qué es el síndrome de Williams?

El síndrome de Williams es una enfermedad genética poco frecuente causada por la pérdida de material genético en el cromosoma 7. Se caracteriza por un retraso en el desarrollo, dificultades de aprendizaje, rasgos faciales distintivos y una personalidad amigable y sociable. Las personas con esta condición pueden presentar problemas cardiovasculares y requieren atención médica especializada, aunque muchas llevan una vida activa con apoyo adecuado.