“¿Eras vos el que gritabas así?”, le preguntó un compañero de calabozo a Fernando Saire (32) hace poco más de dos años luego de recibir trompadas y patadas dentro de la institución policial, en un hecho donde dos policías están imputados por abuso de autoridad y lesiones graves e irán a juicio en el corto plazo. Un juicio que Fernando espera con ansias porque le servirá para –como él dice- cerrar un capítulo de su vida que todavía lo lastima.

A la pregunta llegó como respuesta un “sí” por lo bajo, casi sin fuerzas por el dolor de los golpes que se sucedieron durante varias horas.

“Bueno… ya te pegaron a vos, a nosotros no nos van a pegar entonces”, le devolvió el desconocido en tono de alivio, con quien compartió un breve lapso de tiempo una celda en la Departamental San Justo, ante de ser llevado esposado y arriba de un patrullero al hospital.

El caso de Saire fue uno de los más brutales en el último tiempo en San Francisco, de parte de efectivos policiales hacia civiles, que por fortuna no terminó con una muerte porque al no estar esposado Fernando podía cubrirse, sobre todo, la cabeza. Sin embargo, sufrió lesiones severas que provocaron que le extirpen una parte de su cuerpo.

Fernando Saire: “Me gustaría que los policías me pidan disculpas”

Aunque todavía no hay fecha precisa, todo hace prever que el juicio a los efectivos policiales Diego Lencina (sargento) y Gerardo Stefani (cabo primero), separados de la fuerza policial, será este año.

“Sinceramente no sé qué haré el día del juicio, no sé qué dirán. No tenían justificativo para hacerme eso y me gustaría que me pidan disculpas. Nunca tuve un llamado ni un mensaje de la Policía y en ningún momento cerré las puertas de mi casa. Yo solo espero justicia, me va a mover mucho adentro cuando llegue ese día donde reviviré todo otra vez”, palpita Fernando en una charla con El Periódico.

Es más, hace unos días, Saire señala que vio a uno de sus agresores en la calle y no pudo evitar paralizarse: “Después de eso me quedé mal un par de días, pasa que todavía no sané por dentro. Ni siquiera nos miramos, pero el hecho de verlo me despertó algo adentro”, revela.

La crónica policial del 16 de febrero de 2019 cuenta que Fernando esa madrugada salió con amigos a divertirse. Fueron a un boliche céntrico para celebrar un cumpleaños. Una vez dentro, reconoce haber sido maltratados de manera violenta y expulsados, motivo por el cual se dirigió a la de la Departamental San Justo a radicar una denuncia. Pero, la peor violencia se desataría dentro de la fuerza en manos de los dos policías ya que el reclamo de los jóvenes no fue tomado como tal. El resto ya se sabe: fue tal la golpiza recibida que le debieron extirpar un testículo luego de que lo llevaran al hospital ya entrada la mañana. Estudios que le realizaron en los días siguientes revelarían que como consecuencia de lo sucedido disminuyó considerablemente su fertilidad. Aunque la vida, más tarde, fue justa y le dio una oportunidad ya que con el correr de los meses pudo formar una familia.

¿Cuánto cambió tu vida en los dos últimos años?

Mucho y en todo aspecto, sentirme mirado, señalado por así decirlo. Ir por ahí y que te miren y quizás es una simple mirada, pero no deja que uno se persiga. Hasta hoy me siento así.

¿Una mirada acusadora?

Si bien no me siento culpable esas miradas te ponen en el foco y te hacen sentir otra cosa, algo de incomodidad. Hasta el día de hoy cuando digo mi nombre me preguntan si soy al que golpearon los policías. La pasé muy feo, pero la ayuda psicológica me fue ayudando.

Fernando Saire: “Me gustaría que los policías me pidan disculpas”

¿Sos de los que descreía de la psicología y luego la terminan valorando?

A veces no te das cuenta hasta que te toca vivir algo traumático. A mí me alivió, pero me costó abrirme y contar lo que me pasaba. Antes de esto no era de esas personas que quizás podía ir al psicólogo. No está de más ir, cuando se dice que es para los locos, yo respondo lo contrario. Y hace bien.

¿Qué te generó cruzar por la calle a uno de tus agresores, verlo libre?

Estoy seguro que si un ciudadano normal, común y corriente comete un delito va la cárcel o lo detienen. Pero estas personas ni mediodía de cárcel tuvieron, entonces da bronca. Mi abogado pidió que la caratula sea por lesiones gravísimas y no solo graves, lo que agravaría la situación de ellos, pero la fiscalía no lo entendió así.

¿Sentís miedo ante la presencia policial?

No es miedo, pero algo hay y se me hace difícil de explicar. Veo el patrullero andando y me genera algo adentro. Los otros días iba por el centro y un móvil iba patrullando detrás mío por 25 de Mayo… tenerlo cerca, las luces atrás, todo me generó mucho adentro, puedo llamarlo miedo, adrenalina, pero no sé qué es. Es algo inconsciente.

Le perdiste confianza, sin dudas.

La perdí y mucho. De hecho, me entraron a robar al departamento hace poco y me llevaron muchas cosas y cuando fue la policía sentí que se hizo poco, más allá del aporte que les hice con cámaras. Eso, más lo otro, te hacen perder la confianza. No generalizo, sé que hay policías correctos, pero no pude evitar perder la confianza.

¿Todavía te nace preguntarte por qué te pasó a vos?

Sí, pero trato de poner en la balanza. Quizás pasó para que no vuelva a ocurrir. Algo positivo tiene que haber. Ponerse pesimista no ayuda ya. Después de lo ocurrido conocí de casos similares que pasaron ahí adentro, antes que el mío.

Además del dolor corporal: ¿qué sentiste el día de la golpiza?

Humillación, miedo, inseguridad, yo no estaba esposado y atinaba a cubrirme únicamente. Sentí mucho miedo por mi vida, por lo que iba a pasar después. La idea de ellos era tenerme encerrado el fin de semana para que se me vayan las marcas y después, lunes o martes, largarme e inventarme una causa. Pero se topan con esto que me deben llevar al hospital y operar, sino era un caso más. Temí por mi laburo también, imagínate que no te presentás a trabajar porque tuviste preso. Muchas sensaciones se me cruzaron.

¿Cómo conseguiste que te vea un médico?

Me dejaron de pegar porque llegó el turno nuevo. Estuve un rato largo porque no quería ir a pedir por un médico porque estaban ellos, fueron unas dos horas donde no podía soportar el dolor. Cuando veo que llega el turno nuevo les fui a pedir un médico. Recién a las 10 de la mañana me llevaron esposado en un móvil, ni siquiera fue una ambulancia.

¿Qué sería justicia para vos?

Que vayan a la cárcel, más por ser personas que deben brindar seguridad las que te golpean y te hacen sentir una mugre, una basura. Sobre ellos debería caer el doble de peso de la ley. Hay que empezar por cambiar la gravedad de la caratula, la imputación, porque así como está no van a ir a la cárcel. También debería haber tratamiento psicológico para los policías, para ver si son personas que están aptas psicológicamente para portar un arma. A mí todo se me hizo muy largo, no solo en cuanto a la espera sino también el hecho de que la cabeza maquina mucho. Quiero seguir la vida de la mejor manera.