Es domingo por la tarde y el chofer del colectivo tiene todo listo según la orden. No sabe mucho de lo que va a pasar y entonces sube un señor de lentes oscuros, cabello entrecano, curioso. Elige el primer asiento individual y se aferra a su libro del que resaltan varios señaladores de colores. Al pasar se lee "Arde aún sobre los años" y en amarillo el nombre del autor, Fernando López.

López es escritor y no uno cualquiera, es sanfrancisqueño de origen y anfitrión en esta ocasión del "San Tito tour", una actividad desprendida de la Feria del Libro San Francisco 2022 a la que fue invitado para presentar esa novela que tiene casi 40 años. 

Para ir al meollo de la cuestión, la novela que recibió elogios de Mempo Giardinelli, narra la historia de un grupo de jóvenes enamorados del cine, pero que en 1982 ven su vida marcada porque uno es convocado para ir a la Guerra de Malvinas.

El escenario es esta ciudad aunque no se llama como tal sino San Tito, para las reseñas literarias esto pasa de largo y es nombrado como un pueblito de la provincia. 

Esta licencia del autor hace que la actividad tenga sentido porque el colectivo tiene cuatro paradas estratégicas donde el guía es uno de los autores más premiados de nuestros días y que alguna vez fue incluso juez. 

Primera parada: Banco Nación

 
 

"Empezamos acá porque Ibañez, es empleado del Banco Nación y se encuentra con otro protagonista, un chico más joven que se fue de San Tito pero vuelve a visitar a su familia. Y así arranca esto", relató.

El recorrido inicia en el Banco Nación donde trabaja el personaje de la novela. Y de ahí en más no para, y así sin darnos cuenta, el chofer empieza a charlar con López como todos los vecinos de su San Tito, esa ciudad imaginaria (y no tanto) de la que habla la novela situada 40 años atrás en el año de Malvinas.

Segunda parada: los medios

El colectivo para, el siguiente lugar es el diario de aquellos años que en esta realidad está situado en la esquina de General Paz y Bv. 9 de Julio.

La relación con la novela se da porque "ahí fue donde los personajes se enteraron de la Guerra de Malvinas". 

Las ruedas del "bondi" siguen andando y las charlas se mezclan. Otro detalle surge: no todas son personas jóvenes y de mayor edad. Allá en el fondo, un par de pibes que al inicio creían que este era un recorrido más se unieron para ver y conocer estos lazos que unen a San Francisco y San Tito.

Tercera parada: apariciones

Jorge, el chofer, sigue por Bv. Sáenz Peña rumbo al barrio homónimo. "En este barrio se filman escenas de la película que hacen los personajes, empezó con una idea sobre una violación, pero cambian a una temática más vinculada a lo que ellos comenzaron a saber sobre la dictadura", contextualizó el también autor de la saga de novelas Philip Lecoq.

De nuevo en el colectivo, de repente aparece un clásico vendedor que no trae pelapapas, ni lapiceras. Tras una breve alocución y bajo la mirada risueña de López, reparte un libro a cada uno los inusuales pasajeros que se detienen a mirar Plaza General Paz.

En ese lugar es donde los personajes se encontraban para salir a correr y usar un viejo pasamanos que ya no está en el lugar.

Fin del recorrido: El Parque

El último de los lugares que se visitaron fue el Parque Cincuentenario, que ya no es semejante al que describía en esa época. Con el sol cayendo en el norte de la ciudad López levantó la voz solo un poco para leer una escena de su libro, sin decir el final para que cada uno pueda descubrir por sí mismo el desenlace de la novela. 

El reencuentro con su San Tito

Fernando López es más reconocido de lo que él mismo tiene conciencia. Se ha consagrado como referente de la literatura argentina y tiene una gran reputación internacional, sin embargo, no deja de ser un hombre sencillo que rió, leyó, charló como en sus viejas épocas acá en San Francisco. 

Sobre el tour que lo tuvo como protagonista dijo a El Periódico: "Me ha sorprendido pasar por los lugares donde transcurre la novela. Sentí una emoción muy grande en algunos momentos. Recordé una época muy triste y muy dura como la dictadura. Pero, a pesar de que es una novela de aprendizaje, según algunos críticos, tiene un final auspicioso cosa que no pasa con las novelas de aprendizaje. Eso la diferencia". 

Cuando empezó el trayecto contó que "llegaba para hablar de una novela vieja de hace 37 años", eso lo obligó a releer su propio escrito y todo el mundo sabe que a veces eso cuesta. La actividad para él fue satisfactoria: "Me encantó releerme, es un ejercicio bueno para hacerlo con todo lo que tengo. He escrito 18 libros entre cuentos y novelas. Me gusta, esas cosas son buenas, recorrer y recordar escenas que te marcan".