A los 90 años, cerca de la medianoche del sábado 21 de diciembre falleció el arquitecto Rafael “Lino” Macchieraldo, una de las figuras más destacadas de la arquitectura local y un referente en temas de urbanismo. Su nombre quedará para siempre ligado a la Catedral de San Francisco, cuya construcción dirigió y finalizó tras casi dos décadas de trabajo, dejando un legado que trasciende generaciones.

Macchieraldo fue parte del equipo de cinco arquitectos convocados en 1965 para la construcción del nuevo templo, tras la demolición de la antigua iglesia por problemas estructurales. Desde 1969 quedó a cargo del proyecto y se convirtió en el artífice principal de una obra monumental que implicó superar los desafíos del suelo arenoso de la ciudad y adoptar innovaciones como el pilotaje y estructuras de fricción. 

Fue él quien le dio forma al diseño en abanico que permite una mejor visibilidad y audición desde cualquier punto del templo, siguiendo los lineamientos del Concilio Vaticano II.

El arquitecto nacido en San Francisco, dedicó buena parte de su vida profesional a esta obra. En una entrevista con El Periódico, la definió como un teatro griego moderno sobre 135 pilotes, marcando un antes y un después en la técnica constructiva de la ciudad. También fue el responsable de proyectar la cripta ubicada debajo del templo, inicialmente destinada a sacerdotes y luego adaptada para incluir el primer cinerario de la región.

Falleció Rafael Macchieraldo, el arquitecto que dejó su huella en la Catedral de San Francisco

Referente local

Macchieraldo fue también un asiduo colaborador de El Periódico y aportó gentilmente sus puntos de vista, recuerdos e informaciones sobre numerosos temas para los que era una fuente de consulta casi obligatoria, por sus conocimientos sobre arquitectura, urbanismo y la historia de la ciudad.

Incluso en 2017 entregó al Papa Francisco en el Vaticano un ejemplar de este medio con el suplemento dedicado a la Parroquia San Francisco de Asís (Iglesia Catedral) que se publicó en nuestro diario con motivo de su 125º aniversario.

Falleció Rafael Macchieraldo, el arquitecto que dejó su huella en la Catedral de San Francisco

Un defensor de la historia y el urbanismo

Macchieraldo no solo dejó su marca en la Catedral, sino que también se destacó como un referente del patrimonio histórico y un divulgador de la historia arquitectónica de San Francisco. Hasta hace muy poco tiempo continuaba compartiendo anécdotas sobre los desafíos y las decisiones que marcaron la construcción de la Catedral, como la modificación del diseño original para garantizar la estabilidad del edificio en un suelo afectado por las napas freáticas.

“Estructuralmente, hasta entonces, la ciudad de San Francisco desconocía lo que era la construcción sobre pilotaje. Fue un aprendizaje obligado que marcó un cambio en la manera de construir en la región”, comentó a este medio en una de sus últimas entrevistas.

Además de su trabajo técnico, Macchieraldo era una voz respetada en cuestiones urbanísticas y siempre se mostró comprometido con el desarrollo de la ciudad, aportando su conocimiento y experiencia incluso después de su jubilación.

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Un legado perdurable

La Catedral de San Francisco, con su imponente campanario de 35 metros y su diseño pensado para integrar a la comunidad, sin dudas se erige como el mayor testimonio de la obra de Macchieraldo, a pesar de no haberse completado en su totalidad el proyecto original.