En la plenitud del calor y la humedad de enero de 2024 las grúas llegaron al predio del Hospital J.B. Iturraspe y durante una semana trabajaron en la demolición del ala vieja de este lugar. Repararlo era un gasto millonario que nadie pudo afrontar y el riesgo de derrumbe se hizo latente.

El Hospital comenzó a construirse en 1913, pero se inauguró en 1916 y lo que se derrumbó y estaba en el área de Ituzaingó hasta Dominga Cullen era lo último que quedaba de la estructura original.

Se lo intentó sostener, pero no hubo avances en ese sentido. En 2011 el Gobierno de la Provincia de Córdoba había encarado un proyecto de remodelación motivados por el pedido de la Asociación Civil Giovani Piemontesi in Argentina (Agipa) que entendía debía ser declarado como bien patrimonial. Nada pasó.

Muchas veces los vecinos habían planteado el peligro que representaba, a veces fue refugio de malhechores, otras sirvió para los ratones y mientras tanto el tiempo pasó y el deterioro nunca dejó de avanzar. “Se fue”, era la frase que más se repitió entre las personas que salían de sus casas o pasaban por el lugar asombrados de que en cuestión de minutos todo se hiciera polvo.

El verano en que se demolió el viejo Hospital Iturraspe