El pasado 2 de junio, por motivos de la celebración del día Nacional del Bombero Voluntario, Denise Bruna, Carolina Valdemarín y Pablo Bazán juraron en al acto de ceremonia junto a sus compañeros y pasaron a ser parte del Cuerpo Activo.

Para poder cumplir el objetivo debieron atravesar al menos dos años de capacitación.

“De chiquito yo siempre pasaba por acá, por el frente del cuartel a la salida de la primaria. Me llamaba mucho la atención y sentía deseos de acercarme. De chiquito siempre quise ser bombero. Al ver el camión, al ver cómo trabajaban me gustaba muchísimo. Es algo muy vocacional”, aseguró Bazán.

Por su parte, Bruna confesó que había esperado “un montón” la llegada de este momento y comentó: “Por ahí estoy ocupada y suena la alarma. Y el decir ‘tengo que ir’ la verdad que hace que me sienta muy parte ya. Hace poquito que arrancamos y parece como si estuviésemos desde hace mucho”.

Luego de asumir el voluntariado, los bomberos están habilitados a participar de los siniestros que puedan surgir. “Nunca me hubiese imaginado estar acá adentro. En febrero salió en El Periódico la noticia de que iban a integrar más gente y que estaba el ingreso para mujeres también. Enseguida empecé a pasarles captura a mis amigos, a mi mamá, a todos. La emoción la tenía a flor de piel. Esperé a la fecha acordada para traer la planilla. Yo creo que estaba a las 7 en punto acá afuera, esperando”, recordó Valdemarín.

El sueño de ser bombero, contado por tres flamantes voluntarios

La primera vez

En el curso de capacitación de aspirantes, los voluntarios se preparan con una parte teórico-práctico para el momento de la intervención. Pero durante el proceso, no está permitido salir a ningún siniestro. Así es como, hace solo dos meses, los nuevos egresados se subieron por primera vez a la autobomba.

Sobre su experiencia, Bazán señaló: “Fue un domingo a la tarde, me acuerdo. Un incendio de casa. Un oficial me dijo ‘cambiate, vamos’. Y es algo que no me olvido nunca más. Nervios había obviamente. Pero lo supe controlar y pude cumplir con todo lo que me decían”.

Por su parte, Valdemarín relató que su primera intervención “fue un incendio de pasto. Era un tronquito. No era nada.” Igualmente contó que “tenía miedo” y siempre había una persona que le decía cómo debía hacer las cosas. De todos modos, dijo que es “el tiempo y la práctica” lo que van a ayudarla a perfeccionarse en su labor.

Bomberas operativas

Luego de su juramento fueron incorporadas las primeras 11 bomberas operativas de la institución, hecho histórico para toda la corporación. No obstante, previamente en el año 1972, funcionó dentro de Bomberos Voluntarios una Brigada Femenina que actuaba como Cuerpo Auxiliar. Las bomberas de ese entonces sólo realizaban tareas colaborativas con el Cuerpo Activo y no disponían de autorización para intervenir en siniestros. En cambio, las recientes graduadas son las primeras aprobadas a participar en las emergencias que se presenten.

“La integración de parte de ellos hacia nosotras fue excelente”, destacó Valdemarín. Por su parte, Bruna explicó: “No les costó a los muchachos. En el trabajo, en sus casas, hay mujeres. Todos tienen madres, hermanas, primas con quien tratarse”.

Mamás bomberas

Muchas de las integrantes, además de ejercer su nuevo compromiso con el voluntariado, cuando vuelven a casa cumplen el rol de madres. Cabe aclarar que, ninguna de las entrevistadas tiene hijos aún. Sin embargo, Valdemarín comentó que muchas de sus compañeras “tienen a los chicos en la escuelita de cadetes. Entonces se les hace mucho más fácil”.

Además, agregó: “Los sábados cuando ellas vienen, los traen. Cuando se van, los llevan. Cuando tienen que venir en la semana, los traen. Porque no hay ningún problema con que vengan esos chicos. En eso se les hace mucho más fácil. Después hay otras mamás que tienen nenes chiquitos, pero creo que se amoldaron bien y se manejan bien”, concluyó.